Un día, yo, Felipe, un niño "normal" de 13 años había organizado con Karen, mi hermanito gemelo y otras dos personas de ir a una montaña a volar cometa, y en la noche, una pijamada en mi casa, mi hermano no quería ir, pero me tocó llevarlo porque estaría solo en casa.
Nosotros llegamos, preparamos las cometas y comimos, literal casi todo el mecato que habíamos traído se esfumó en unos minutos, pero falta algo, bebida, yo le pregunté a mi hermano si había algo para tomar a lo cual él asiente y saca una de esas botellas de tinto o como se llame, mis amigos al ver que era una botella de tinto y no gaseosa se pusieron a volar las cometas.
Yo tomé un poco y me dispuse a volar la cometa, hacía mucho viento, tanto que la cometa de Karen se descontroló y cayendo en un árbol, se rasgó en mil pedazos, ella solo recogió los restos de la cometa y se sentó al lado de un árbol viéndome volar la cometa con una cara de frustración.
Mis sentimientos tomaron control de mi al verla así, así que me acerque a Karen, agarre sus delicadas manos y le di el sedal de mi cometa. Ella solo se volteó y me agradeció, pude ver un pequeño sonrojo en sus mejillas, no pude pensar en lo tierna que se veía.
Me dispuse a cambiar de puesto con ella, ella vuela la cometa y yo.... pues nada supongo. Tal vez solo para ver a Karen que no vaya a rasgar mi cometa por el fuerte viento, aunque los otros saben maniobrar la cometas mejor que ella.
No sé cuentas horas habían pasado pues con la brisa y la sombra del árbol me quede dormido y si no fuera por Karen, los demás y mi hermano me hubieran dejado allí en la montaña.
Cayó la tarde y nos dirigimos a mi casa para hacer la pijamada. Pusimos una película y José, mi hermano Juan y Emanuel se dispusieron a verla mientras Karen y yo poníamos las crispetas.
Mientras Calentaban, Karen y yo nos sentamos en una mesa a espaldas de la película. Solo nos quedamos viendo fijamente, no sé porque hicimos eso, pero bueno. Finalmente, las crispetas estaban listas y mientras las estaba poniendo en un bowl decidí iniciar una conversación, le dije que si estaría en las fiestas de la madera las cuales serán el día siguiente ella solo me miró y me dijo que se iba mañana a vivir a Rionegro, le pregunte porque se iba y mientras preguntaba por "accidente" mi mano se puso encima de la de Karen, ella me dijo el porqué de una forma algo apenada, yo agarré sus manos y me acerque a ella, y ella a mí, ¿nada podría salir mal no?
—oigan ¿y las crispetas pa cuándo?
Por desgracia si, el único momento de cercanía que tuve con Karen en el día se fue a la basura gracias a José. Después Karen y yo servimos las crispetas y sorprendentemente la película ya iba en la mitad.
No sé qué cuando estoy con Karen se pasan volando los minutos supongo que es porque disfruto bastante estar a su lado.
Vimos lo que restaba de la película, nos asustamos, en algunas partes reímos y la más asustada del grupo (por así decirlo, era una película rara) era Karen, la cual tuve que abrazarla varias veces para ver si se calmaba.
Si, el abrazo lo primero que se ocurrió para calmarla.
Al terminar la película, los cinco decidimos hacer un fuerte de almohadas de la cual usamos todas las almohadas de mi casa, Literal.
Desde las pequeñas almohadas de los muebles, hasta las almohadas de la cama de Juan, la mía y la de mi madre.
No hay mucho que decir después de que armamos la fuerte solo fuimos a dormir en ella.
Sucede que en cierta hora de la madrugada me había despertado, estaba técnicamente siendo abrazado por Karen, me sonroje al ver dormir, pero tenía otros planes, pero pensé bien y me quede ahí. No me malinterpreten podría haberme soltado de sus brazos, pero si ella despierta, me ve con la cara roja y ella prácticamente abrazándome sería un momento muy incómodo para ella y yo.