APODOS || princesa.

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Dre caminaba rápido a su casa

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Dre caminaba rápido a su casa. Realmente no quería encontrarse ni por error a Cheng Lu.

Lo detestaba, le incomodaba tanto cuando lo llamaba con esos apodos raros. Y cuando se le acercaba demasiado.

Era extraño.

Dobló por una calle mientras sostenía su patineta en su manos.

Grave error. Su peor pesadilla se encontraba ahí.

El asiático parecía algo distraído, hablando y riendo con su amigo, Dre pudo recordar que su nombre era Liang.

Intentó darse la vuelta lo más casual que pudo, pero supo que había fallado en el intento cuando escuchó una voz con ese acento chino.

- ¿Princesa, ni siquiera piensas saludar?

Cuando volteó Cheng se acercaba con una sonrisa en su rostro.

No la pensó demasiado y empezó a correr. Solo quería llegar a casa, ese idiota probablemente no se acercaría ahí.

Corrió esquivando a las personas, cuando por fin llegó al edificio se metió a dónde el señor de mantenimiento descansaba.

Cerro la puerta con seguro mientras Cheng llegaba solo, intentó abrir la puerta pero fue inútil. Dre suspiró aliviado.

- Princesa, abre la puerta para que tu príncipe pueda entrar.

- Jodete imbécil, estás loco.

Cheng gruñó ante las palabras del americano, iba a golpearlo tan mal. Ya ni siquiera le importaba romper su linda boca de niña.

Justo cuando estaba por dar una patada a la puerta una mano en su hombro lo detuvo.

Cheng volteó molesto quitándose la mano de su hombro.

- ¿Qué es lo que quieres anciano?

- Deja al muchacho en paz, y vete a casa.

Lu pareció enojarse más ante eso, ese anciano raro no era nadie para decirle que hacer.

Intentó golpearlo pero el hombre detuvo sus golpes. El hombre ni siquiera lo golpeaba, solo usaba sus propios ataques en su contra.

Dre se sorprendió bastante cuando vió al Señor Han hacer aquello. Dre llegó a creer que Cheng era invencible, pero parece que no.

Salió de aquel cuarto y corrió hasta las escaleras, metiéndose a su departamento.

Solo esperaba que Cheng no se desquitara con él mañana en la escuela.

Solo esperaba que Cheng no se desquitara con él mañana en la escuela

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DRENG : APODOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora