como no soy popular, seré mejor prima

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Eran las tres de la mañana, el clima era un poco frío y no había ningún sonido que perturbara el ambiente. en la casa de los Naruse, en una de las habitaciones, estaba la hija de los propietarios de la casa junto a su mejor amiga Tomoko Kuroki, ambas chicas estaban durmiendo juntas en la cama de Yuu. 

La pelinegra es abrazada por su amiga mientras tiene la cabeza de la contraria en su pecho, estaba tranquila, la que estaba inquieta era la contraria, era consiente de donde tenía su cabeza y sabía que debía moverse, pero no quería hacerlo. Antes de dormir, ambas hablaron y aclararon las cosas, la rubia aún estaba un poco insatisfecha con la decisión de su amiga, pero sabía que la decisión era de la Kuroki, no de ella.

ambas estaban tranquilas, hasta que el padre de Yuu entro en la habitación para verificar que las dos jóvenes no estuviera despiertas (la madre de Tomoko siempre les pide a los Naruse que las chicas no duerman tan tarde, para evitar que al día siguiente tengan sueño) y vio la escena de su hija durmiendo abrazada a su amiga, el señor se alejo tras verificar que ambas estaban dormidas. Al llegar a su cuarto, le contó a su esposa la escena que presencio y ambos no pudieron evitar sonreír, los señores notaban el cariño que su hija le tenía a la más baja y no podían evitar enternecerse cada vez que veían como la chica de ojos verdes hacía sonreír a su hija.

Ambos notaban como en cada llamada entre ambas, su hija se centraba en cada palabra de la contraria, ambos no querían decir nada al respecto, pero sabían que su hija sentía algo más que amistad por la Kuroki. Al llegar la mañana, Yuu quería abrazar un poco más a Tomoko, a lo que la de ojos verdes accedió con tranquilidad. pasaron toda la mañana juntas, hasta que llego la hora en la que Tomoko debía irse a casa, Yuu estaba un poco triste pero intento ocultarlo para no preocupar a su amiga, en lo que falló enormemente. La más baja prometió llamarla en la noche para hablar más, ella quería redimirse sinceramente con ella, sus amigas, su familia y con todas las personas que la rodean. 

La rubia se despedía con una sonrisa mientras la contraria desaparecía de su vista, estando más tranquila, decidió ayudar a su madre a preparar el almuerzo. mientras Tomoko caminaba hacía su hogar, se desvío un momento para comprar en una tienda unos dulces, su instinto le estaba decía que lo iba a necesitar. Cuando llego a su hogar, saludo a su madre que estaba en la cocina, a su hermano que estaba en el sofá y se dirigió a su habitación para guardar sus cosas, solo para encontrarse con que su prima, Kii-chan, estaba sentada en su cama, esperándola. 

Onee-chan, ha pasado un tiempo desde la ultima vez que nos vimos ¿no? -la menor se acerco a la mayor para abrazarla- 

la menor esperaba que fuera como siempre, la mayor colocaría sus manos de manera nerviosa en su espalda hasta que se separaran y ella empezara a decir sus estupideces, como siempre. Pero contrario a lo que creía la menor, Tomoko la abrazo tranquilamente y le entrego los dulces que compro, para continuar con la sorpresa de la menor, la mayor le pregunto como estaba y que había hecho de nuevo, sin presumir alguna estupidez. 

Kii-chan estaba impresionada, había escuchado del cambio repentino de la mayor pero no esperaba que fuera así de grande. Estuvieron hablando toda la tarde de manera cómoda, hasta que llego la hora de la cena y seguidamente la hora de dormir, la mayor le cedió su cama a su prima para que estuviera cómoda y ella coloco un futón junto a la cama en caso de que la menor necesitara algo. 

onee-chan -llamo la menor en medio de la noche, sin esperanza de que la mayor estuviera despierta a esa hora- 

¿Qué sucede Kii-chan? ¿No puedes dormir? -la mayor respondió tan pronto como la menor termino de hablar-

te quiero preguntar algo - la menor se giro para observar a su prima-

pregunta tranquila kii-chan - la mayor giro su cabeza para prestarle atención a la menor-

Onee-chan ¿Por que estás tan diferente? -la niña pudo notar como la mayor suspiro ante la pregunta- 

Antes era una persona desagradable Kii-chan, tenía una actitud que espantaba hasta a los ácaros, estoy segura que hasta tu te sentías incómoda conmigo  -la chica suspiro al recordar como había actuado toda su vida- Te mentiría si te dijera que cambie por completo, aun me es difícil cambiar muchos de mis hábitos, pero necesito cambiar Kii-chan. 

La menor lograba ver como la mayor estaba diciendo la verdad, cada palabra que decir era una verdad complicada y ella sabía que había más que eso en la mente de su prima, había mucho más, pero no podía descifrar que más podía ser. 

Cuando llegue el momento, te diré más Kii-chan, aun eres pequeña para hablar de estos temas contigo - la mayor se levanto del futón y cubrió a la niña con la manta- por ahora no te preocupes, esto no afectara tus visitas y mucho menos las visitas de verano. 

Kiko estaba genuinamente sorprendida con la actitud de su prima, pero solo se dejo arropar y dejo que la mayor le acariciara la cabeza, no le desagradaba la nueva versión de su Onee-chan, pero sabía que extrañaría a su antigua onee-chan, extrañaría como se esforzaba por impresionarla cada vez que iba de visita, el como intentaba parecer madura, la manera en la que le terminaba hablando de como tenía novio y esas cosas. Kii-chan no lo admitiría en voz alta, pero le gustaba un poco ver como Tomoko se esforzaba para impresionarla, pero no se quejaba en estos momentos, antes nunca imagino que su prima la arroparía y le acariciaría la cabeza hasta que se quedara dormida, esta nueva versión de su onee-chan no estaba mal. 

Como no soy popular, seré una protagonista de haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora