CC:Los créditos son mios,espero les guste la historia :D
Alastor y Lucifer estaban en lados opuestos de la eternidad. Alastor, un demonio que encarnaba la maldad pura en su alma, y Lucifer, un ángel caído convertido en príncipe oscuro, personificando el caos y la rebeldía.
Sus caminos se habían cruzado a lo largo de los siglos, pero siempre había una tensión palpable entre ellos. El odio y el desprecio eran evidentes, una rivalidad que se había desarrollado a través de las eras. No podrían ser más diferentes uno de otro, y su incompatibilidad era conocida por todos en los infiernos
Alastor era conocido por ser un demonio sin emociones, una máquina de violencia que disfrutaba el caos y el sufrimiento. Sus ojos rojos perforaban a quienes enfrentaba, y su sonrisa malvada nunca abandonaba su cara. Su presencia en cualquier habitación era innegable, y muchos temían su sadismo y crueldad.Lucifer, por otro lado, era la definición de seducción y poder. Sus rasgos eran casi angelicales, pero su mirada tenía un brillo malicioso. Poseía un encanto innegable y una sonrisa traviesa que podía derretir incluso los corazones más duros. Su aura era magnética, y él lo sabía muy bien.
La tensión entre Alastor y Lucifer se había estado acumulando durante generaciones. Sus encuentros eran siempre explosivos, llenos de palabras llenas de veneno y energía oscura. Podrían estar en el mismo lugar por minutos o incluso horas y todavía causar estragos en el ambiente con solo mirarse a los ojos.
Pero un día, algo cambió. Estaban enfrentándose en la corte infernal, como lo habían hecho muchas veces antes, pero esta vez era diferente. Sus palabras eran mordaces como siempre, pero había una nueva chispa en el aire.
Alastor se dio cuenta de esto, y la sonrisa malvada en su cara se volvió aún más siniestra. Lucifer también lo notó, pero mantuvo su sonrisa característica intacta. No querían dar marcha atrás ni mostrar una debilidad frente al otro, pero sus corazones latían más rápido de lo normal.
Sus encuentros siguieron aumentando. La tensión entre ellos ya no era solo odio y desprecio; había algo más, algo que ninguno de los dos quería admitir. Su atracción era palpable, y cada palabra que salía de sus bocas estaba llena de doble sentido y deseo no expresado.
Ambos luchaban contra estos sentimientos nacientes, tratando de negarse a sí mismos lo que realmente querían. Alastor no quería mostrar debilidad, y Lucifer no quería dar la satisfacción de saber que estaba equivocado. Sus palabras eran cada vez más aceradas, pero había un destello de necesidad que ambos intentaban desesperadamente ocultar.
Entonces, finalmente, sucedió. Después de siglos de tensión acumulada y batallas de palabras, Alastor y Lucifer fueron dejados a solas en una habitación de la corte. Su cercanía era casi insoportable, y la atmósfera estaba cargada de electricidad.
Lucifer rompió el silencio primero. Su sonrisa traviesa ya no estaba presente, su expresión era seria. Miró a Alastor de pies a cabeza, observando cada detalle de su presencia. Alastor se tenso bajo su mirada, su sonrisa aún estaba ahí, pero se podía ver tensión en sus hombros.
"Sabes, Alastor," dijo Lucifer, dando unos pasos para acortar la distancia entre ellos. "He notado algo recientemente. Algo nuevo en la manera en que me miras."
Alastor trató de mantener su sonrisa firme, pero sintió como si sus mejillas estuvieran ardiendo. No respondió, simplemente mantuvo su mirada en Lucifer, desafiante.L
ucifer llegó aún más cerca, dejando solo unos centímetros de distancia entre ellos. "No puedes ocultarlo, sabes," dijo en voz baja. "Hay algo ahí. Algo que no quiere salir."
La sonrisa de Alastor vaciló por un momento, los músculos de su mandíbula se apretaron. Él sabía que Lucifer tenía razón, pero no iba a rendirse tan fácil.