Tres |Un nuevo día|

13 1 0
                                    




GyeHyeon estaba en el gran salón de la casa de su familia, sosteniendo la vasija con su precioso loto azul, una hermosa flor que descubrió a sus tres años en el viejo invernadero de su padre DongHeon, cuidando de ella con ayuda de sirvientes y de sus padres.



Sus padres, MinChan y DongHeon, se arrodillaron ante él, con una mezcla de orgullo y tristeza reflejada en sus rostros.



MinChan sostuvo los hombros de su hijo antes de hablar.



Recuerda, GyeHyeon, este viaje es una tradición. Te ayudará a crecer fuerte e independiente.



DongHeon asintió levemente a las palabras de MinChan y después agregó:



Nos harás sentir orgullosos, hijo mío. Y HoYoung estará allí para guiarte.



GyeHyeon miró a HoYoung quien sonrió tranquilizadoramente.



GyeHyeon miró a sus padres y sintió el peso de las expectativas puestas sobre él a su corta edad.


Mientras se despedían, los hermanos menores de GyeHyeon, YeonHo, YongSeung y KangMin, ingresaron al gran salón y lo saludaron entre lágrimas con sus rostros llenos de tristeza.












GyeHyeon abrió los ojos de golpe, respirando aceleradamente y sudando un poco.



Por un momento, GyeHyeon se sintió perdido hasta que recordó que estaba realizando ese viaje tradicional. El constante movimiento y suaves sacudidas del lugar donde se encontraba le recordaron la realidad, estaba dentro de la carreta y suponía que HoYoung estaba afuera, tirando de la carreta sin un destino en especial.



Tocándose el pecho con una mano, GyeHyeon intentó calmar su respiración, pero el sueño se sintió tan real que permanece en su cabeza.



Mis padres nunca dijeron eso.... No pude despedirme de mis hermanos... No pude ver a mis hermanos...



GyeHyeon sintió mucho arrepentimiento y tristeza por no despedirse de sus hermanos y cuando quiso hechar un vistazo al camino para saber si tenían la posibilidad de regresar a casa, la vasta extensión de arena que se extendía interminablemente ante ellos le dió una clara respuesta.



Oh, GyeHyeon HoYoung detuvo su caminar y se acercó con una sonrisa Estás despierto HoYoung extendió los brazos Ven, acompáñame en el camino y veremos la salida del sol.



GyeHyeon miró al cielo, aún sumido en la oscuridad, con pocas estrellas alrededor. Buscó a la luna, quien estaba muy lejos a simple vista, pero su luz aún podía iluminar un poco el oscuro lugar. Mira de nuevo a HoYoung y niega, retrocediendo dentro de la carreta.



Voy a seguir durmiendo.



HoYoung miró un poco decepcionado a GyeHyeon, pero bajó los brazos y asintió.



De acuerdo. Descansa bien.



HoYoung regresó al frente de la carreta para seguir tirando, pero GyeHyeon no pudo conciliar el sueño. Sus ojos se mantienen abiertos, incapaces de cerrarse por mucho tiempo, como si estuvieran listos para trabajar. Tampoco se sentía cómodo en ninguna posición acostado, su cuerpo sentía con mucha intensidad la pequeña brisa que entraba por las grietas de la carreta.



ÁMAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora