Capitulo 33: 5 relatos o encuetros con el charro negro

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Narró yo
Cuando el sol comienza a esconderse, las gallinas trepan a los árboles para dormirse, las madres meten a sus hijos, las puertas de la casa se cierran, y los viajeros apresuran el paso ya nadie quiere encontrarse con...

El Charro Negro

Se trata de un hombre alto, de aspecto elegante, de impecable traje negro compuesto por una chaqueta corta, una camisa, un pantalón ajustado y un sombrero de ala ancha deambula en la profundidad de la noche en los solitarios tramos que unen los pequeños pueblos del México rural, sobre el lomo de un caballo enorme y de color azabache.

Quienes han tenido trato con él, lo presienten como el Diablo. No ignora a los hombres, a los que les ofrece amables conversaciones, pero su clara preferencia son las mujeres, a las que seduce con su mirada elocuente y palabras cálidas. Nada malo puede decirse del Charro Negro si el viajero se limita a permitir su compañía hacia su lugar de residencia; si se acerca el amanecer, se despedirá cortésmente y se marchará con paso lento, al igual que si el sendero que recorre lleva a las cercanías de una iglesia.

Pero si, por el contrario, la mujer cede a sus ofertas de aligerar el viaje y acepta montar el caballo, esa acción será el principio del fin: Una vez sobre el animal, la infortunada descubre que es imposible bajarse. Es entonces cuando el Charro Negro vuelve a su montura y se aleja con rumbo desconocido, sin hacer caso de los ruegos o los gritos de su víctima, a la que no se le vuelve a ver jamás.​

En algunos estados de la República Mexicana, la gente cuenta que en las noches de luna llena, por los caminos rurales o poblaciones alejadas, se aparece un jinete flaco y de cara cadavérica, que, montado en un lustroso caballo negro, ofrece una bolsa llena de dinero... Pero por temor, nadie la ha querido aceptar.

Aquí le va 5 encuentros con el charro negro narrada por-


Historia 1: el primer encuentro con el diablo

Nos encontramos en la frías calles de Jalisco en el pueblo de Zapopan, un hombre de 23 años llamado don Andrés se encontraba caminando hacia su casa después de un día largo. La luz de la luna se escondía entre los árboles creando una sombras espectaculares y espeluznantes. El ha decidido tomar un atajo para llegar a su casa, pero por más que avanzaba parecía que nada cambiaba

Don Andrés: ay cuánto tiempo llevo aquí caminando? Parece que está ruta sigue y sigue, como si se tratara de un lazo infinito

*don Andrés seguía caminando en eso un ruido rompió el silencio como una explosión repentina*

*don Andrés voltio rápidamente peor no había nada*

Don Andrés: que raro

*siguió caminando hacia su casa pero esta vez apresura el paso pero no tanto para si no llamar la atención de aquella cosa que ha hecho ese sonido*

Don Andrés (mente): que raro? Que fue esa cosa que hizo ese ruido? *en eso recuerda algo* solo como un caballo pero sonó más agudo y un poco... infernal

*don Andrés sigue caminando hacia su casa, pasan 2 minutos y parece que se le olvidó aquel sonido pero en eso lo volvió escuchar*

Enamorada de una leyenda (rusmex) hetero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora