Nunca me imaginé llegar a sentir algo así por alguien. ¿Es esto a lo que los demás llaman estar enamorado? Porque si así es, no sabría si decir si es una linda o mala sensación al extremo tanto como dicen. Bueno, no todo es tan malo. Al menos ahora sé cómo se sienten esas "mariposas" en el estómago que describían los cuentos que leía de pequeño.Cada vez que lo veo es como si algo dentro mío estallara. ¡Es tan extraño! Sabes, yo nunca había tenido que lidiar con problemas de este tipo. Mi mayor problema durante los últimos años de mi vida era hacer la tarea y tener buenas calificaciones. Pero ahora, ni siquiera puedo hablar con él. Cuando me acerco, mis piernas empiezan a tambalearse y mi voz a entrecortarse.
Se suponía que eramos mejores amigos, pero ahora ya no puedo ni tener una videollamada con Santiago sin que sienta que mi corazón va a explotar. ¿Será que Santi, ese niño con el que solía pasar horas enteras platicando con él, sentirá lo mismo? Tal vez, solo tal vez...
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Siempre he amado cantar. Es mi pasión sin duda alguna. Desde que tengo memoria, me he aprendido miles de canciones y en mis tiempos libres, cantarlas. Cuando era pequeño, solía imaginar que era un cantante profesional y que estaba en frente de una multitud.
Cuando canto, siento como si todo el mundo desapareciera y pudiera ser yo mismo, sin que me juzguen. Es una de las mejores sensaciones que conozco. Cantar hace que me olvide de mis problemas, como si estuviera levitando en el vacío, solo yo y nadie más.
Poder cantar frente a mucha gente siempre ha sido mi sueño. Creo yo que para cualquier cantante, incluso solo imaginar que tienen el micrófono en mano y ser el centro de atención, el protagonista, es demasiado emocionante.
Ayer me tocó ir al coro. La verdad es que no tenía mucha motivación en ese momento, pero me dije que después de un rato me sentiría mejor. Después de todo, el cantar siempre me devuelve mi energía y me pone de mejor humor.
Entré al salón en donde se reúnen todos y empezamos a acomodar las sillas. El ruido resonaba en toda la habitación. Una vez que todo estuvo listo, nos sentamos en nuestros lugares y la maestra que dirigía a todos empezó a pedir que le prestamos atención, puesto que iba a dar un anuncio importante. De inmediato, todos nos callamos y la miramos atentamente.
La maestra nos anunció que organizaremos un concierto, en donde cantaremos en frente de toda la escuela las canciones que habíamos estado practicando por tanto tiempo. Yo, aunque no lo demostré, me emocioné demasiado. Quería gritar y saltar de felicidad. Los demás no se sentían tan diferentes de mi. También se veía en su cara lo emocionados que estaban.
Pero bueno, la clase tenía que seguir. Rápidamente nos acomodamos en nuestros asientos y empezamos a vocalizar. A muchas personas no les gusta nada vocalizar, les parece aburrido y cansado. Pero a mi, me encanta. Yo diría que es mi cosa favorita del coro después (obviamente) los conciertos y presentaciones.
Sigo con la emoción y los nervios de ayer en la tarde. No pude dormir prácticamente nada. Solo con imaginarme cantar frente a toda esa gente me revuelve el estómago.
El sonido de la alarma retumbaba en mi cabeza. Había empezado a sonar hace unos 10 minutos, pero me rehusaba a levantarme de la cama. Aunque después de un rato el ruido me resultó tan molesto que en contra de mi voluntad abrí los ojos y me senté en mi cama. Había dormido pesimo la noche anterior, gracias a el ruido de los truenos y mis constantes pensamientos que atormentaban mi mente.