Encuentro

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Era una mañana hermosa en el pueblo de Norrisvillle, todo iba bien luego de que el hechicero haya desaparecido un tiempo. Era sospechoso... Pero todos en el pueblo estaban felices.

Pero había un hombre que no se sentía del todo en paz. Y ese hombre tenía un secreto tan sagrado que solo una persona lo sabía...

-No es bueno que se precupe tanto-

Decía Plop Plop a su maestro, un hombre alto, con el cabello en una coleta y una nariz algo sobresaliente.

Él era el Ninja de Norrisvillle... Aquel hombre misterioso y fuerte que luchaba constantemente contra el Hechizero para proteger a la gente del lugar.

-Tampoco lo es bajar la guardia-

Respondió el hombre.

Ambos iban caminando en el pueblo.
Viendo como las personas vivían en paz, realizando actividades cotidianas.

El Ninja vió como la felicidad de la gente era tal que alegraba el lugar, y esa felicidad lo preocupaba.
Su deber era proteger esa felicidad.

Norrisvillle era un pueblo en crecimiento, pequeño pero lindo. Con un futuro prometedor.

Ubicado entre montañas y valles. A sus afueras, habían bosques y ríos, una flora tan hermosa que ocultaba a una comunidad fuerte y amigable.

El Ninja y Plop plop caminaron un poco más mientras andaban en silencio. El Ninja no era alguien de muchas palabras...

Llegando a las afueras del pueblo, y cerca del bosque, llegaron a un templo oculto entre bambúes.

Ambos vivían ahí, nadie conocía ese lugar, talvez porque a casi nadie le interesaba explorar el bosque o por la magia que alejaba a las personas y hacía al lugar casi invisible.

Una vez adentro del templo, Plop Plop y el Ninja siguieron con sus actividades.

Plop plop era el escudero del Ninja, encargado de hacer cosas como ver algunos asuntos del Ninja, y pues el Ninja... Se dedicaba a entrenar.

Pero entre los cuartos donde habían armas, equipos para entrenar y esas cosas. Había uno especial.

Un espacio de calma para el Ninja. Donde solo había una pequeña mesa y algunos pergaminos.

El Ninja disfrutaba el arte de la escritura. De la caligrafía. Escribía las lecciones que él aprendía al igual que algunos pensamientos... Era su espacio sagrado personal.

La tarde llegó.

Plop plop llamó a la puerta del Ninja y este mismo lo dejó pasar.

-¿Que necesitas?-

-La tarde llegó, recuerde que debemos reunirnos con el señor Ishioka en su casa.-

El Ninja asintió. Plop plop se fue de la habitación mientras el Ninja terminaba de escribir. Bajó su pincel y se levantó de su lugar.

Ambos caminaron de regreso al pueblo, el cuál de miraba iluminado por las lámparas en la noche. Era más hermoso que en el día.

...

-Que hermoso se ve el pueblo.-

Dijo una mujer mientras veía el lugar.
Ella y otra señora, que iban en un carruaje miraban por las ventanas.

-Norrisville apenas va creciendo, pero es un lugar algo hostil. Te recomendaría no salir mucho de noche.-

Le dijo la señora a la mujer. Esta última asintió, algo triste de pensar que no podrá ver mucho del mucho en estos días. Pero estaba feliz de haber llegado.

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⏰ Última actualización: Jun 24 ⏰

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