Viviana
No puedo seguir soportando esto, estoy a nada de volver a la universidad, un segundo año, apenas sobreviví al primer año, no pienso aguantar más tiempo todo este tipo de humillaciones y tormentos.
Bien podría aguantar que hablaran mal a mis espaldas... pero esto se transformó en violencia, no solo de las mujeres, sino también de los hombres. Me golpean por ser una supuesta enferma y prostituta.
Tengo tanto miedo de encontrarme sola en un salón, porque en el instante que llegue uno de ellos se convierte en mi vivo infierno.
Estuve aguantando para que mi padre no se preocupara... ahora que no está él, ya nada tiene sentido. Aparentaba estar bien, fingía por él, todo lo hacía por él... pero al final de todo me enteré de que él me había traicionado y tenía la culpa de todo.
Eran tantas emociones y sentimientos encontrados que me estaban matando de todas las formas posibles.
Podía "reportar" a los alumnos que me hacían esto... pero no funciona. Una vez lo intenté, un profesor me dijo "deberías estar agradecida de estar en esta universidad con beca, con el dinero, de aquellas personas que sí pagan la colegiatura completa, estudias tú, solo eres un parásito, y a pesar de que gracias a ellos estudias ¿Vienes a quejarte? Que mal agradecida" Eso se quedó bien grabado en mi mente.
Soy un parásito, no debería vivir, solo soy una carga más, soy una escoria para los demás, soy una malagradecida.
Comencé a creerme eso, puesto que incluso me sentía terrible por ser así, era una malagradecida. Solo tenía que soportar un poco más.
Al diablo con eso.
No tengo por qué seguir viviendo de esta forma.
Tomo un exacto y me remango mi suéter.
La agonía me está matando, no puedo gritar, no cuando a los lados tengo a vecinos que me detestan... porque para ellos también soy un parásito por estar viviendo de a "gratis" aquí, cuando mes con mes mi deuda solo incrementa.
No tengo ningún lugar para poder descargar todo lo que siento... solo mi cuerpo, lo único en lo que puedo descargar todo lo que me lastima, el odio que me tengo, incluso el asco de siquiera ver mi cuerpo, lleno de cicatrices y moretones.
¿Cuál sería el problema si hago heridas encima de otras? Ya mi cuerpo está hecho un desastre.
Ni siquiera tengo la esperanza de que alguien en algún momento se fije en mí. ¿Quién va a querer a alguien lleno de cicatrices? Y no solo heridas físicas...
No tengo a nadie... incluso cuando creí que tenía a alguien resulta que solo era idea mía. Nunca tuve a alguien para mí.
Mis ojos se nublan por las lágrimas que abundan desde mi corazón, mi cuerpo tiembla al son del miedo, mi ser pide a gritos dejar de sentir esto. Mi única salida pasajera a ese dolor es el reemplazo de otro tipo de dolor.
Comienzo a enterrar lentamente el exacto en mi piel. Esto que, arde, duele... pero no más de lo que mi corazón siente. Un solo corte no me es suficiente para mitigar esto, una tras otra, mis intenciones son morir desangrada. Pero... mejor no, no quiero dar molestias incluso en mi lecho de muerte.
Me levanto del suelo y bajo la manga de mi suéter.
Si voy a morir... será en un lugar en el que no cause molestias, porque si me dejo morir en este cuarto, el olor de la sangre y de mi cuerpo afectaría a mis vecinos, la arrendadora tendría problemas... y solo se darían cuenta de que estoy muerta por el olor, y no porque les importe.
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El fin de algo es el comienzo de otro
RomanceMarcus y Viviana viven diferentes vidas, pero enfrentan el mismo dolor, la perdida del ser que más aman, la traición del ser en el que más confiaban, mismos acontecimientos, diferentes formas de hacerle frente, no puedes juzgarlos, porque ellos jamá...