KILIG [ 🖤NETJAMES🤍 ]

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Parte 1

—Los resultados estarán mañana en la mañana.

James levantó la vista, quitando sus ojos de Kirin para fijarlos en el doctor Saran, amigo de Net y quien iba a llevar a cargo el examen de sangre para corroborar que Net era el padre de Kirin. James nunca fue bueno mintiendo, pero esa situación lo ameritaba, y si Net estaba seguro de lo que hacía... iba a confiar en él.

—¡Chupetín! —chilló Kirin, sentado sobre la mesa del doctor cuando Max le tendió el dulce con una sonrisa amable.

Net le revolvió el cabello a Kirin.

—Me entregarás los resultados sólo a mí, ¿cierto? —le preguntó Net a su amigo.

Max enarcó una ceja, sonriendo con diversión.

—¿Qué clase de amigo crees que soy? —se burló Max—. Vamos, quiero hablar un momento contigo.

Net soltó un bufido, mirando a James, que estaba observando a Kirin chupar el dulce que le dieron. Sin pensarlo mucho, se inclinó y le dio un beso en la mejilla, murmurándole que volvería enseguida. El omega se limitó a sonreírle dulcemente, asintiendo y poniéndose a cantarle a Kirin.

Ambos alfas salieron de la oficina, comenzando a caminar por los pasillos.

—Así que... —comenzó a decir Max con calma—, ¿tu omega?

El rubio se encogió de hombros.

—Lo vi y lo quise —contestó en voz baja.

—Vaya —los ojos de su amigo brillaron con burla—. Quién habría dicho que el dulce y adorable Net Siraphop terminaría enamorado.

—Vete a la mierda —dijo Net.

Max comenzó a reírse antes de ponerse serio.

—¿Tu madre...?

—Está en contra de esto —Net hizo una mueca—, pero sabes que nunca me ha importado su opinión —suspiró—. Lo que realmente me preocupa es esto. James... no estaba dispuesto a perder a Kirin para ser mi omega.

Max lo observó, enarcando una ceja.

—Bien pudiste forzarlo —el tono de su amigo era ahora suave—. Sabes que un omega no puede hacer nada ante un alfa. Sabes que, si hubieras querido, podrías haber matado a su bebé, para luego declarar al omega como tuyo a pesar de que no quisiera.

Net pensó si eso hubiera pasado. Si ese día que vio a James en el jardín de su casa, arreglándolo mientras le hablaba a Kirin, se hubiera acercado con dobles intenciones hacia el bebé. Si le hubiera roto el cuello ese día a Kirin y después tomar a James como suyo.

—James merece a alguien que lo ame y lo cuide, no a alguien que lo haga sufrir —respondió tranquilamente.

Net quería borrarle la sonrisa burlona de Max con un puñetazo.

Pero se limitó a rodar los ojos.

—Así que harás pasar a ese bebé como tuyo para que nadie sospeche —Max negó con la cabeza—. Es un buen plan, lo sabes, pero... si el Gobierno llega a enterarse...

—Nadie va a enterarse.

Max lo miró, asintiendo.

—Seré el único que haga y vea los resultados —prometió su amigo, antes de abrir la puerta de la oficina.

James levantó la vista, mientras le seguía cantando a Kirin una canción sobre las partes del cuerpo a lo que el niño balbuceaba para seguirle el ritmo, y le sonrió para calmarlo, diciéndole que todo estaba bien.