Part Of Me -Yeonjun (PAUSADA)

29. Yeonjun

Normalmente me molestaba mucho que tocaran mis cosas, sobre todo aquel instrumento tan preciado para mí. Ni siquiera permitía a mi madre mover mi guitarra de sitio, era un objeto intocable en aquella casa. Inamovible, nadie, absolutamente nadie que no quisiera ser objetivo de mi mayor enfado, se atrevía a tocar mi guitarra en ningún sentido.

Pero ella era diferente. Sabía que la apreciaba, refiriéndose al instrumento, que era parte de mí, y por eso, aunque no sabía tocar la guitarra, rozaba las cuerdas con cuidado. Me preguntaba dónde poner los dedos en el mástil para no desafinar ninguna cuerda, y evitaba dejar los dedos enganchados entre las finas cuerdas.

Sin duda estaba completamente embobado con ella. Nadie, ni siquiera Taehyun, supo respetar y tratar tan bien a mi razón de ser. Recordaba cómo casi rompió una de las cuerdas haciendo el burro.

-¿Cómo cambias tan rápido de aquí a aquí? Son dos dedos y me parece imposible.

Estaba enamorado de lo que estaba viendo en esos momentos. Ver sus brazos agarrar con cuidado mi guitarra sobre mi cama, la ventana abierta entrando una pequeña brisa moviendo los mechones de pelo que salían de su recogido.

-No me estás haciendo caso-estiró el brazo, y lo siguiente que sentí fue un golpe en la frente-¿Sabes qué? Tócame algo tú.

Me dejó en las rodillas la guitarra y se acomodó sin quitar la vista de mí. Parecía emocionada, demasiado, y yo estaba entrando en pánico. Tocar solo o hacer ruido ambiente durante una llamada no era lo mismo que tocar una canción a alguien, mucho menos si ese alguien era Yuwon.

-Cántame...algo de Shawn Mendes.

¿Ha dicho "cántame"?

Tocar la guitarra era una cosa, pero cantar era otra completamente distinta. Yo solo cantaba en la ducha o cuando estaba solo, tener un espectador era demasiado para mí. Fue todo un show cuando me negué a su mandato. Tuvo la definición de rabieta, pensé que estaba viendo a Jiri discutir con Sanho por un segundo. Empezó a patalear en mi cama y a exigirme cantar como si tuviera seis años. Se veía adorable, pero así no me iba a convencer de nada.

-Yuwon, soy inmune a rabietas.

-¿Ni un poquito?

Negué con una sonrisa que últimamente salía más de lo que solía hacer. Todos me lo habían dicho. Mi sonrisa estaba mucho más en mi cara desde que conocí a Yuwon.

-Oh, venga, quiero escucharte.

-¿Y qué gano yo si lo hago?-rasgueé las cuerdas hacia abajo en un precioso Em.

-¿Qué quieres?-se sentó aún más cerca de mí, nuestras rodillas se estaban tocando-¿Algo pervertido?

-Tienes la mente más sucia que he visto-admití.

-Es que tú dejas las cosas muy fáciles de mal pensar, y muchas veces lo haces a propósito.

Tenía razón, me había pillado. Solía decir cosas interpretables de muchas formas, sobre todo de maneras provocativas.

-Bueno, solo dame lo que creas que yo quiera.

No había nada específico, solo quería que por un segundo pensara en qué cosas me gustaban o qué podría hacerme feliz. Cualquier cosa me valdría, solo el hecho de que viniera de ella iba a ser perfecto.

-Ya te compré un MP3, qué más quieres de mí-aplastó mi rostro con sus manos antes de balancear mi rostro-Suéltalo, vomita lo que quieres.

Obviamente, así no iba a decir nada, pero ¡Qué linda se veía insistiendo! Quité las manos de mi cara para poder tocar la guitarra tranquilamente. Ella me observaba juzgadora, estaba esperando a ver si cantaba. Tenía las cejas curvadas y una mirada desafiante, incluso así me parecía una ternura.