Capitulo 3 | Nada

7 0 0
                                    

Mis ojos se abrieron de golpe y mi respiración era agitada, no había caído del edificio. Pero esas palabras tan crueles que habia dicho el doctor  no paraban de retumbar en mi cabeza y eso hizo que me desmayara.

Mi cuerpo lo sentía entumesido debido a los recientes golpes, uno de mis ojos estaba hinchado, mi labio partido y mi rostro lleno de moretones.

En mi vida me he tropezado con muchas cosas, pero nunca como lo que estoy viviendo ahora. Siento que estoy en un abismo sin salida, como un animal exótico en una jaula siendo maltratada y expuesta sin piedad alguna. Jamás pensé que aquellas palabras que me dijo mi familia pesarían como una cruz de cien toneladas sobre mi espalda.

"El será tu infierno y cuando te des cuenta, tal vez ya te haya consumido a su manera"

Esas palabras me golpeaban una y otra vez en la cabeza, la vergüenza que sentía de mi misma era inmensa, me sentía en un callejón sin salida o peor aún, en un laberinto sin escape. No se en que momento me deje consumir por el, por ese monstruo que vivía bajo el mismo techo que yo.

No sabía cómo salir de el infierno que vivía, o tal vez si pero la vergüenza no me permitía hacerlo, sabía que al marcar aquel número posiblemente todo se arreglaría, pero mi vida daría un cambio radical para mí.

Me encontraba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuanta que una doctora había ingresado a mi habitación, sino hasta que dijo mi nombre.

-buenos días señorita Tn- hizo una reverencia-

-bienos días- imite su acto aún adolorida -

-no se esfuerze por favor- me detuvo -todavia se encuentra con el cuerpo entumecido, solo venía a decirle los resultados de los chequeos y exámenes que le hicimos cuando estaba inconsciente-

-oh- asenti -¿y como salieron? -

-la radiografía que le tomamos por los golpes que tiene sobre su cabeza, afortunadamente salieron bien, no hay nada de que preocuparse, por un par de días tendrá pequeños dolores de cabeza, nada grave. No tiene ningún hueso roto, excepto su brazo izquierdo que está fracturado.- revisaba las radiografías -y sobre lo del-

-ya me lo dijo el doctor- la interrumpí -

-bien- entendió mi referencia -debido a eso tendrá que mantener reposo por una sema, no puede hacer ningún esfuerzo ya que se puede llegar a lastimar -

-entiendo- asenti -

-y otra cosa más- la mire - su esposo se encuentra afuera en un rato lo dejo pasar -

-no lo deje pasar por hoy, quiero estar sola sin que nadie me moleste, no le diga nada por favor- pedí a lo que ella me miró extrañada pero solo asintió -

-esta bien, no se preocupe la entiendo- sonrió levemente y salió de la habitación -

Mis lágrimas no se hicieron esperar más y salieron sin parar, el dolor que sentía en mi pecho no se podía comparar a ninguno ya que era demasiado fuerte, sentía como mi alma estaba destrozada, el como mi vida se iba consumiendo y llendose junto con mi bebé.

Mi odio hacia Han Dohyun se impregnaba en cada esquina de mi cuerpo, me repudiaba el haber sido tocada por el. No lo quería ver jamás en la vida pero sabía que eso era imposible, al menos para mí.

Mi llanto no cesaba, y es que el dolor de una madre era un infierno vivido que aunque no haya conocido a mi bebé sabía que lo hubiera y lo amo desde el primer instante. Abrace mi vientre con fuerza tratando de buscar ese pequeño calor que posiblemente el me habría podido trasmitir, pero no sentía nada.

Por qué eso había, nada y es lo que más dolía. Debido a mi llanto y cansancio que tenía me quedé dormida sin darme cuenta.

Al día siguiente

-espero que no hayas dicho nada sobre lo que sucedió esa noche- me miró con frialdad -

Maldito bastardo

-no- susurre

-bien, aunque no podías hacer mucho ya que todos saben que te caiste por las escaleras- dijo paseándose lentamente por la habitación hasta llegar a mi lado -y sobre lo del bebé, veo que ni para eso sirves- frucio su ceño -

Maldito mil veces maldito, no sabes cómo te desprecio, si tan solo todos supieran como eres en realidad

-pero que se puede hacer- se encogió de hombros -si no sirves para nada- yo solo apreté mis puños con fuerza -en unas horas te van a dar de alta -

-¿Cómo?- lo mire sin entender nada -

-yo la pedí, el chófer te va a estar esperando en la entrada del hospital, en la casa podrás descansar todo lo que dijo la doctora- dijo con simpleza -

-pero es que no me siento bien, todavía falta que me hagan más chequeos y- me interrumpio agarrando con fuerza mi mentón -

-deja de quejarte de todo, eso vale una mierda harás lo que yo digo y punto- asenti quejándome del dolor -me voy, no me esperes despierta-

-haaaa- grite y aventé la almohada que tenía al ya notar como cerraba la puerta

Odiaba a Han Dohyun con toda mi alma, se había llevado al ser que más amaba y que me podía amar, consumió todo de mi hasta la última gota de mi alma.

Instagram: Ross

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Instagram: Ross.black97

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rosa Negra |Jeon Jungkook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora