Capítulo 2 - Basted

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En un mundo de fantasía y misterio, bueno exageramos, era en el bosque de las afueras de la ciudad.

Gecko y Basted se encuentran en un bosque, donde los susurros de la naturaleza crean una atmósfera de magia y deseo. Gecko, con su piel escamosa brillando a la luz de la luna, se acerca a Basted, su compañera de aventuras, con una mirada intensa y llena de anhelo.

Basted, con su traje y ojos centelleantes, se enfrenta a Gecko con una mezcla de curiosidad y atracción. La conexión entre ellos es palpable, una fuerza magnética que los atrae inevitablemente el uno hacia el otro en un torbellino de pasión y lujuria.

Entre los árboles antiguos y el suelo cubierto de musgo, Gecko y Basted se entregan a un baile de deseo y placer, explorando los límites de su atracción mutua en un frenesí de emoción y entrega. Las caricias se vuelven más intensas, los susurros se convierten en gemidos de placer, y el bosque parece vibrar con la energía cruda de su unión.

Gecko y Basted se pierden en el ardor del momento, explorando cada centímetro de sus cuerpos con avidez y pasión desenfrenada. En medio de la naturaleza salvaje que los rodea, se convierten en uno solo, fusionando sus almas en un éxtasis profundo y primitivo que los transporta a un reino de placer indescriptible.

Eso creía Basted, quizás sea salvaje y velocista como su mejor amigo pero Basted entrego su pureza a Gecko, y este supo aprovecharla hasta la ultima gota

-Gecko... Vayamos a otro lugar, conozco uno peeeerrfecto~

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En la penumbra de una noche estrellada, Gecko y Basted se encuentran en un santuario secreto, donde la pasión arde con intensidad y la lujuria se desata sin límites. Sus miradas se cruzan en un juego de deseo y complicidad, cada gesto y roce avivando la llama que arde entre ellos.

Gecko, con su cuerpo cubierto de escamas brillantes que reflejan la luz de la luna, se acerca a Basted con determinación, dejando un rastro de calor en cada caricia. Basted, con su piel suave y sus labios ansiosos, responde con la misma intensidad, entregándose al éxtasis de la conexión carnal que comparten.

Los cuerpos de Gecko y Basted se funden en un baile sensual y apasionado, explorando cada rincón y recoveco con avidez y deseo desenfrenado. Los gemidos de placer se mezclan con sus suspiros entrecortados, creando una sinfonía de pasión y entrega que parece resonar en todo el santuario.

-Ahhh... Ahhh, Gecko ahhh, deseo mucho más

Entre sábanas de seda y susurros de deseo, Gecko y Basted se pierden el uno en el otro, navegando en las olas del placer que los consumen por completo. Cada beso, cada caricia, cada momento compartido les lleva más allá de los límites de la razón, sumergiéndolos en un torbellino de sensaciones que los deja sin aliento y los transporta a un éxtasis inolvidable.

Claro Gecko se salió nuevamente con la suya, muchos se preguntarán del porque Gecko está tan confiado de hacerlo con cada amiga y enemiga que conoce sin contraer alguna enfermedad de trasmisión sexual o un embarazo no deseado y eso es porque usa preservativos, cada noche lleva por lo menos 5 si es que llegara a repetirse las rondas o una noche de 2x1.

El deseo de cualquier hombre.

Gecko uso por lo menos 3 preservativos esa noche, no negará que le encantaría sentir las paredes femeninas envolver en su hombría, Pero no correria riesgos, además de wue quería sentir esas sensaciones con una chica en particular.

Pero....
Bueno le encantó la forma en que Basted se removía entre las sábanas el ajetreo de sus caderas contra su pelvis rozando tu clítoris contra el mismo desencadenado un orgasmo libertador.

Basted, gozo de la atención de Gecko con su cuerpo, sus manos recorriendo su cuerpo a su gusto. Una mujer le encanta este tipo de atenciones cuando se trata de intimar. Claro si la dama se siente cómoda con las caricias.

Gecko se alistó para salir de aquel santuario, se supone que los santuarios son lugares sagrados pero lo acababan de profanar, con sonidos de gemidos, el goloe de sus pieles y el sonido lacsivo de las embestidas de Gecko contra la femenidad de Basted. Era demasiado erótico para ser verdad. Hicieron posturas comunes pero el roce y el placer hacia que la experiencia sea única.


Continuará...

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