ꨄ|𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 3|ꨄ

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Tal como Shinso había dicho, buscaron una casa en una zona segura, generalmente ahí vivían héroes, tenía a cinco minutos a pie la casa de Uraraka y a unos 15 la de Shoto.

Los niños no querían mudarse, amaban su hogar, fue hasta que Shinso les prometió acomodar las habitaciones de la misma manera que en el departamento qué ellos aceptaron.

Fueron varios días de trabajo en que por suerte sus amigos ayudaron, y al fin las habitaciones habían quedado tal cual.

Hanta comenzó a pasar tiempo con Izuku y Uraraka en casa del peliverde, se hacían compañía con sus embarazos, la emoción se sentía en el ambiente.

Daiki volvía de la escuela siempre feliz de ir a su mamá y pegar su mejilla al vientre abultado de Izuku. Amaba el aroma a leche y dulce qué desprendia.

Izuku también estaba viviendo su embarazo de una forma muy diferente a los de Daiki y Dai y no por que la emoción fuera diferente, es que su alrededor era diferente.

Recordaba que Katsuki en cada embarazo se volvió distante y no le gustaba procurarlo, menos tener sexo o ir por sus antojos, pocas veces fue con el al médico ni dejaba su agenda libre en días en que tenía revisión.

Pero Shinso llegaba del trabajo a ver a los niños, le besaba con amor y cuando solo ellos dos estaba despiertos se sentaban en el sofá y el alfa pegaba su mejilla al vientre de Izuku, hablaba con su bebé y llenaba de besos la zona.

Cada cita Shinso lo acompañaba con emoción, preguntaba al médico cosas que le causaban dudas, se emocionaba con cada ultrasonido.

—Toshi— hablo Izuku— estaba entrando en su quinto mes cuando sintió a su bebé moverse con fuerza, esa tarde estaban solos, Daki y Tsuyu habían pedido permiso para llevar a los niños al zoo. Shinso llego a prisa pensando que algo pasaba, Izuku sobaba su vientre y le hizo señas para que se acercara rápido, shinso así lo hizo, veía curioso cuando Izuku colocó su mano sobre su vientre—Siente se está moviendo

Shinso se quedo quieto con su mano en la parte superior de la barriga de Izuku, el movimiento era suave pero ahí estaba—Oh Dios— sonrió Shinso acomodándose de rodillas entre las piernas de Izuku, no había movido su mano, pego sus labios a la piel y sonrió—Se está moviendo.

Izuku soltó una risita mientras sentía, jugaba con los cabellos del malva cuando este alzó la vista—Me encanta como hueles— comento.

—A ti siempre te ha gustado como huelo

—Si— acepto Shinso— Estamos solos— ronroneo haciendo reír al omega.

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Estaba molesto qué en cada lugar lo único que hablaban era de Izuku y su embarazo, le molestaba tanto que todos pasaron como si nada la llegada de su bebé, incluso los qué fueron parte de la clase de Setsuna no habian siquiera ir a verlo.

No sabía por que se metían en cosas que no debían, se supone que su amistad no debía verse afectada por cosas tan comunes como una ruptura, no es el fin del mundo, pero después de aquella entrevista incluso las grandes marcas retiraron contratos con él, algunas con las que estaba en charlas para llegar a un acuerdo y después de una llamada solo le dijeron que siempre ya no, su nombre desapareció del ranking y estaba confinado a una oficina hasta que la comisión lo quisiera

Y su mayor dolor de cabeza en ese momento era Shinso, ese maldito qué no dejaba de presionar para que aplacen su investigación, lo tenían con las manos en el cuello, como si hubiera sido la gran cosa golpear a ese bastardo.

Después de eso se mantuvo alejado del imbécil de Izuku, aunque varias veces lo tuvo muy cerca, prefería encontrar una forma de deshacerse de ese bastardo sin meter sus manos.

—Pareces molesto— Joro pasaba por la sala de descanso de la agencia cuando vio a Katsuki mirar furioso las noticias y cambiarlo de mala manera cuando finalizó lo que decían de Izuku

La alfa se sentó en un sofá, llevaba una falda de tubo negra de cintura alta con una camisa rosa suave, cruzo las piernas qué se veían más largas gracias a los tacones qué tenía.

Miró sus uñas con aburrimiento, su manicura estaba impecable, Katsuki solo la observó.

—Sabes por que el gobierno me llamo? — pregunto ella rompiendo el silencio.

—Por que necesitaban una perra lameculos no? — gruño.

Joro soltó una risita y clavo su vista en el alfa

—Me consideran altamente peligrosa— comento como si fuera nada— todos tienen ordenes de vigilarnos a Shinso y a mi— volvió a hablar— Es que no solos héroes, tampoco estamos atados a los límites Morales qué ustedes, lo estuve un tiempo y fue aburrido, ahora nadie cuestiona mis decisiones, solo mi equipo puede hacerlo.

—Te gusta alardear no? Parece que no eres la diferente a mi— soltó Katsuki —Me gusta que me vean

—Perro qué ladra no muerde y tú solo te la pasas ladrando— comento —yo si he asesinado por placer—musito degustando las palabras mientras las decía.

Katsuki la observó con más detalle, no sabía si lo decía de verdad o solo alardea.

Joro se comenzó a reír y se levantó, observó a Katsuki una vez más y se fue, estaba tan enojada con ese malnacido qué como ella había dicho, no tenia que ser buena siempre.

Katsuki no entendió nada del intercambio, creyó qué solo era el ego de esa alfa hablando.

—Que haces aquí? — pregunto Denki avanzando feliz hasta su alfa qué lo recibió entre sus brazos con amor.

—pasaba a ver si mi hermoso rayito quiere ir a comer conmigo— le dijo con suavidad haciendo sonrojar a Denki qué asintió feliz. Los orbes dorados del omega se fijaron en Katsuki qué salía de la sala de descanso de donde Joro también había salido.

—Que hiciste? — pregunto

—No tendrá jamás una noche de descanso— sonrió con maldad, Denki aun no se acostumbraba a esas cosas no solo de su alfa, Shinso tampoco era el mismo no de mala manera, solo que sabía ahora que tenía una vena realmente malvada qué hacía a su equipo realmente aterradores.

—Supongo que se lo gano— musito Denki mirando a su alfa— vamos

Joro se inclino y lo beso con suavidad, quizá Denki no debería saber lo que le esperaba a Katsuki, no se arrepentía, realmente el alfa merecía lo que hizo en su cabeza, poco a poco se ira fragmentando, tan lento qué no lo notará, quizá fue mucho dividirlo pero era necesario, no lo quería ver ser feliz, no después de todo lo que le hizo al omega de su mejor amigo, no después de haber conocido a Izuku y conocer la hermosa persona que era, mucho menos después de enterarse de las veces que humilló a su omega por no tener un alfa a su lado.

Sonrió, la caída de ese idiota sería lenta, pero la disfrutará.

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El pequeño Kaisan trataba de alcanzar su pie, tenía casi los seis meses y parecía un bebé con todo lo que podría desear.

Setsuna era amorosa con él, su pequeño, Katsuki también adoraba a su hijo, no había día que no llegara a casa con algún detalle para el pequeño, que pasara sus días libres con él.

Todo parecía estar en su lugar, lo que había deseado estaba ahí, su hijo sería quien le demostraría a Izuku que era mejor que esos bastardos qué ahora se cuelgan de Shinso.

Sin embargo los cambios comenzarían pronto.

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