Parte 3 una semana muy dolorosa

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llegó a su casa, por fin estaba en su palacio de ilusiones, donde no podía ser atacada por ningún ser vivo que no fuese su madre, y, gracias a dios, en esos momentos tampoco ella, ya que llegaría dos horas mas tarde.

las cuatro de la tarde y luna no había probado bocado desde el desayuno compuesto de tostadas y zumo de naranja que su madre le había dejado hecho antes de irse a trabajar. desde su cuarto, oyó como la puerta sonaba al cerrarse, se pregunto a ella misma que si sería su madre, luego se dio cuenta de que no podía ser otra persona, ya que su padre había fallecido en unas circunstancias que, en otro capitulo mas adelante, les relataré.

 su madre entró en la habitación, se sentó en la cama al lado de luna que estaba mirando al techo como esperando a que cayera algo, le dio un beso en la frente y le dijo, " hija mía, cuando me bajó la regla por primera vez, mi madre me dijo que iba a sufrir durante unos cuantos años, pero que gracias a ese dolor, podría crear vidas, y, si, yo, con la ayuda de tu padre, hice a la persona mas importante que existe en mi corazón, tú. espero que, dentro de unos años, tu le puedas decir lo mismo a tu hija, o a tus hijas, quien sabe" luna, al oír esas palabras tan bonitas que salieron de la boca de su madre, se tranquilizo bastante, y se le abrió el apetito. las dos se pusieron a comer, y, después de todo ese mal trago, las dos se quedaron dormidas en el sofá, abrazadas como un bebé y su peluche preferido.

al día siguiente, cuando luna se sentó otra vez en su silla del instituto, se sintió como extraña, como si fuese la presa de 19 hienas al acecho, aunque esa era su sensación, pero en realidad, todos la ignoraban de una manera muy desagradable. la pobre luna, caminaba sin rumbo, sola, como siempre, en los recreos de todos los días, hasta que en uno de sus paseos matutinos, un chico de su misma edad, se paró delante de ella y la saludó. luna no podía creerse las cosas que decía aquel chico. le dijo que se había fijado bastantes veces en ella, y, claro, luna le parecía bastante guapa, michel, que es el nombre de este chico, invitó a luna a ir al cine ese viernes por la noche, y como no, luna aceptó. llegó a su casa, le contó el encuentro inesperado con este chico a su madre, y las dos se pusieron a buscar ropa adecuada para aquella velada que, aunque no lo sabía, luna esperaba que fuese la mejor de su vida.

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