DRAGON'S MELANCHOLY

CAPITULO 1

Harry desde su adolescencia, siempre había soñado con príncipes y dragones. Presentaba constantes sueños donde se veía a él sentado en una gran mesa rodeado de nobles o donde había grandes banquetes donde recordaba bailar hasta el cansancio con un rubio de ojos violetas que hacía que su corazón se sobresaltara cada vez que mencionaba el nombre de Jacaerys acompañado de la palabra "Ñuho glaeso hūrus" que no entendía realmente que decía, y aunque él expresaba en su lengua natal que no comprendía el significado, su acompañante solo le sonreía mientas lo abrazaba más a él continuando con la danza sin poder despegar la vista de tan precioso ser.

Una vez graduado de la preparatoria se dispuso a elegir una carrera universitaria, decidió escoger Antropología e Historia, la motivación principal fueron esos sueños lucidos que seguía presentando, quería averiguar más y más sobre esa cultura que lo tenía totalmente embelesado. Después de mucho tiempo esculcando en la biblioteca local pudo encontrar un libro que representaba los atisbos de sus sueños, una antigua civilización denominada Valirya predecesores de los pueblos escandinavos. Paso sus dedos sobre las pobres ilustraciones que había plasmadas en las ya desgastadas hojas hasta que observo el retrato de un hombre que le llamo demasiado la atención.

-Rey Aegon l Targaryen El Conquistador- mencionó en un susurro sintiéndose embelesado por aquel dibujo, se parecía demasiado a la persona de sus sueños pero tristemente, no podía recordar muy bien sus facciones, es como si una tela fina cubriera siempre la mayor parte de su rostro lo que le ocasionaba una gran frustración. Soltó un pequeño suspiro cerrando el libro para poder llevárselo a casa y seguir averiguando acerca de aquella civilización perdida.

Al culminar sus estudios universitarios, cambio su residencia de manera temporal hacia Noruega, buscaba empezar su maestría en civilizaciones antiguas y que mejor que obtener una beca en la más prestigiosa escuela del país, así que tomo lo más importante para él y se mudó a su nuevo departamento, un pequeño pero acogedor estudio cerca de su nueva universidad adecuado para alguien de su edad, además que solo lo utilizaría para dormir debido a sus ocupaciones escolares. Poco después hizo amistad con sus compañeros de clase pero sobre todo con dos en especial, Helena, con larga cabellera rubia y Cregan con cabello castaño oscuro ondulado, ambos Noruegos cada uno con personalidad muy diferente pero no impedía que los 3 que fueran grandes amigos con los mismos intereses en común.

Con el paso del tiempo, los sueños que alguna vez fueron hermosos comenzaron a convertirse en pesadillas, donde abundaba la sangre y el fuego. Despertaba en medio de la noche agitado y bañado en sudor después de ver como las llamas consumían a todos a su alrededor, no entendía como había pasado de soñar con su príncipe a una guerra por poder. Decidido a buscar soluciones y por sugerencia de Helena, visitaron el Museo Cultural Histórico Noruego donde tenían una exhibición temporal del Museo Lofotr Vikingo que era perfecto para seguir investigando. Harry se encontraba maravillado con todos los artefactos, indumentarias y joyería que había en las salas de exhibición. Siguieron su camino hasta que llegaron al área de los antiguos monarcas, observaron cada una de los lienzos con admiración hasta que se detuvo frente a un retrato bastante deteriorado.

-El Rey Aegon II- Mencionó Helena llegando a su lado.

-El Usurpador...- susurró Harry más como una afirmación ya que recordaba haber visto la pintura en alguno de los libros que leyó, y al igual que ésta, le parecía casi imposible reconocer el rostro pero obtuvo el mismo resultado, sintió la misma corriente eléctrica pasar por su cuerpo haciendo que su piel se enchinara.

-En realidad seria Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino- terminó de recitar la rubia y señaló la inscripción debajo del cuadro- Nunca entendí porque lo nombraron así en los libros, es una persona noble y de gran corazón, los historiadores siempre mienten- dijo mientras fruncía su ceño colocando los brazos sobre su pecho. Harry se giró para observarla contrariado.