10

682 169 13
                                    

Tanto tiempo pasó en el baño, que se quedó solo en el lugar. El agua caliente ya lo tenía un poco mareado, pero no sabía si era peor permanecer ahí, que enfrentar a Naruto en la habitación.

Sasuke se había acostumbrado a lo largo de los años a mantenerle la mirada. Ninguno de los dos desviaba la vista a un costado cuando hacían contacto, tal vez como una manera de comunicación sin palabras, o solamente un reto infantil a ver quien influía más en el otro. Por eso, cuando Naruto lo descubrió mirando a través del espejo, no huyó.

Cubrió su rostro y suspiró. Se suponía que no debía interferir en su vida, ¿pero cómo alejarse de él, cuando entre ambos se había acrecentado tanto esa tensión física y sentimental? El Naruto de su época no era planeamente consciente de sus sentimientos, y Sasuke no se lo diría. Lo había intentado, pero al fallar en la búsqueda de hacerle entender que su relación era una amistad bastante "peculiar", llegó a pensar que en realidad su amigo no tenía esa especie de interés. Sin embargo, este Naruto le demostraba todo lo contrario. Estaba mal, pero era terriblemente difícil alejarse de cumplir parte de sus deseos y fantasías.

¿Tantos años separados por el bien del otro, y al final en el futuro sufrirían tanto por ello? ¿Valía la pena?

—Deja de pensar estupideces— se regañó —Está casado, tiene dos hijos. La familia y el trabajo que siempre quizo... Yo no tengo cabida.

Dándose cuenta de que ya había pasado mucho tiempo, salió de la bañera, tomó su ropa del vestidor y se dirigió a la habitación que compartían. La luz aún estaba encendida, y sobre la mesa baja del centro una cena casi intacta. Naruto apenas había tocado su plato y ahora estaba sentado en la plataforma que daba hacia el patio, de espaldas a la estancia y con varias botellas de sake a su lado. No giró a verlo cuando Sasuke hizo ruido con la vajilla al comer, ni durante el tiempo en el que el Uchiha organizaba las pertenencias de su bolso y extendía su futón antes de apagar la luz y acostarse.

En la casi total oscuridad, interrumpida por la luz fría de la luna, Sasuke se quedó observándolo beber en silencio y después de una hora, Naruto solo se movió para apoyar su espalda en el borde la puerta de madera. Sus ojos azules e intensos lo encontraron, y otra vez ese magnetismo les impidió romper el contacto por largos minutos, hasta que empinándose la última botella, ya vacía, el Hokage emitió un gruñido y se acostó en el suelo de tatami. Sasuke hizo una expresión de hastío al notar su estado de ebriedad y algo molesto le dió la espalda y cerró los ojos para intentar dormir. Sin embargo, no pasó mucho hasta que escuchó el roce de la tela contra el bambú del piso y luego un peso en su futón. Se quedó de piedra cuando Naruto lo abrazó repentinamente por la espalda, y como si fuese lo más natural, se metió debajo de su frazada y lo pegó a su cuerpo.

Olía a sake, pero su respiración cálida en la nuca encendió todos sus sentidos con un estremecimiento. Su brazo alrededor de su cintura era firme y cuando arrimó más su cadera, el joven Uchiha abrió grande sus ojos y tragó duro. En la calidez de ese abrazo, el corazón comenzó a latirle tan fuerte que su pecho dolía y Naruto no parecía tener intención de alejarse, más bien Sasuke sintió como su cuerpo se relajó hasta el punto de quedarse dormido casi al instante.

—¿Naruto...?— llamó en un susurro, buscando alguna explicación que no fuera una confusión por su parte.

Tal vez, en la borrachera, creía erróneamente que era su esposa a quien se arrimaba de esa forma. El dolor que le produjo ese pensamiento lo hizo forcejear un poco para despertarlo, pero Nanadaime solo lo abrazó más y escondió el rostro en su cabello oscuro.

—Sasuke...— pronunció y fué su derrota, pues el pelinegro, totalmente abatido por el sentimiento con el que había dicho su nombre, sostuvo su mano y la llevó a su pecho, atesorando el gesto con sus otros recuerdos más preciados.

_____

No acostumbraba beber, y ya sabía porqué, su cabeza quería estallar de la resaca y casi no podía abrir lo ojos de lo molesta que le resultaba la luz del día. Con un quejido se removió en el futón, pero un peso en su brazo derecho le impidió incorporarse. Naruto miró, y retuvo su aliento al ver a Sasuke aún dormido a su lado, con su yukata abierta y el calzones. Él no estaba en mejor estado, pero la pregunta era, ¿por qué estaban compartiendo futón? En su inquietud al mirar al rededor intentando recordar, despertó al Uchiha, quien rápidamente se sentó y comenzó a arreglar su ropa, ocultando otra vez un gran sonrojo.

—Sasuke... ¿Tú....?— balbuceó el Hokage —¿Por qué...? ¿O... ocurrió algo?

—¡Claro que ocurrió!— espetó enojado y Naruto se quedó inmóvil, sin saber que decir o hacer, mientras por su cabeza pasaban decenas de escenarios —Tomaste hasta la inconsciencia y te metiste en mi cama— explicó —Apenas pude dormir con tus ronquidos.

—Ah...— suspiró con alivio, pero avergonzado —¿Por qué no me despertaste?

—¿Crees que no lo intenté?— inquirió aún de espaldas.

—¿Entonces por qué no dormiste en mi futón?— Naruto no pudo ignorar la tensión repentina en la espalda del pelinegro, el cuál no le contestó, pues el llamado en la puerta corrediza dió fin a la conversación.

—Señor Uchiha, tiene una visita que lo espera en la recepción— informó una mucama del otro lado.

—Debe ser Kakashi— mencionó Naruto —¿Cómo llegó tan rápido?

—Seguro viajó toda la noche. Le dije que era urgente— contestó Sasuke.

—No hacía falta tanta rapidez. Debe estar asustado— rió Naruto.

—¿No quieres resolver tu problema cuánto antes? Mientras más rápido vuelvas, mejor— el rubio frunció el ceño, pero las palabras de Sasuke no hicieron efecto en él, porqué más que frialdad, en ellas se podía escuchar un evidente reclamo.

Break to Fix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora