Imperfections

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Todos los días, pasadas las seis de la tarde, Phuwin iba a recoger a su pareja. Era difícil pasar tanto tiempo sin aquel chico. Así que cada vez que salía de sus clases de Taekwondo a los que su madre lo había obligado a ir, iba directamente a la academia de danza a la que asistía su novio.

Esperaba tranquilamente mandando mensajes a su amigo. Hoy había salido diez minutos antes y midiendo la distancia que había entre su dojang y la academia de danza de Pond, había llegado 5 minutos antes de la hora de salida del otro.

Cuando ve salir por la puerta a los chicos y chicas de la academia se le ilumina completamente la cara, pero cuantas más personas salían más se le borraba la sonrisa, ya que su chico no salía. Se mordía el labio inferior con nerviosismo.

El resto de chicos y chicas que salían lo miraban con recelo, sabían a qué venía, no era la primera que lo veían ahí. Algunos lo miraban mal y con asco, pero él solo esperaba tranquilamente vestido con su dobok completamente impoluto y con su mochila colgada de un hombro.

Habían pasado cinco minutos y su novio no salía, ya nadie salía, solo empezaban a entrar las niñas pequeñas para hacer danza clásica. Phuwin ya impaciente, decide adentrarse en aquel lugar en el que ha estado tan solo dos veces para ver pequeños ensayos del mayor.

La recepcionista lo mira con curiosidad y lo saluda.

—Hola pequeño, ¿has decidido ya ingresar en alguna nuestras clases de baile?— Sonríe.

—¿Yo? No... Lo siento. Estaba buscando a Pond...— Rasca su nuca nervioso al rechazar a la anciana, quien solo ladea la cabeza con una sonrisa.

—Como quieras cielo. Pero, Pond hoy no ha venido.— El menor se sonroja un poco incómodo.

—Oh... ¿No ha venido? Comprendo... Entonces, me retiro, perdón por las molestias.— Se inclina para disculparse.

—No te preocupes, pero a ver si la próxima vez que vienes es para bailar.— Se despide con una sonrisa radiante en la cara.

Phuwin sale casi corriendo del lugar y camina como si tuviese un destino fijo hasta pasadas dos calles de la academia. Saca su móvil rápidamente y busca el contacto de su pareja para preguntarle el motivo de su falta, a lo mejor sea algo grave y él no esté al tanto de ello.

Además es raro que Pond haya faltado y no se lo haya notificado a él; le da igual perder el tiempo esperándolo, pero a lo mejor Pond se haya enfadado con él por alguna razón.

Phuwin es un chico muy seguro de sí mismo, pero cuando se trata de su relación con Pond, se vuelve una gelatina, no sabe que hacer ni cómo comportarse con él mayor. Aquel chico era inseguro, se enfadaba con facilidad y se desenfadaba con la misma facilidad.

La diferencia de edad, aunque no es muy grande, le molesta. Todos los amigos de Pond tienen su misma edad; él en cambio tiene amigos menores que él y uno que otro de su edad o mayor. Se llevan sólo dos años, pero esos dos años se ven tan lejanos, que Phuwin piensa que todo lo que hace o puede hacer, Pond lo verá como algo infantil. Por esa misma razón Phuwin besó a Pond cuando solo llevaban dos días saliendo y este chico solo sonrío e hizo como si le hubiesen dado permiso para más.

Siendo un chico tan reflexivo como es, decide ser impulsivo y llamarlo directamente.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

Cuatro...

Después de unos segundos, el contestador automático salta. Después de cuatro llamadas sin respuesta. Empieza a caminar para ir a la casa de su novio.

Imperfections  |  PondPhuwin  |  One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora