Cariño mio.

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Tenía tiempo con algo de los dos en mente y un poco más de omegaverse.
— 🪼
















La lluvia es fuerte, tan potente que los truenos y rayos causan un choque contra la tierra, más de una ocasión las tormentas eran presentes en aquel lugar donde se encontraban. Cada relámpago ilumina su habitación y con miedo se acurruca bajo la sabana.

Lleva horas esperando al mayor, esta molesto pues habían quedado en "algo", un momento especifico para regresar a casa y tenerlo cerca, era obvio que al australiano le importaba poco lo que su joven acompañante opinara al respecto, llegaría cuando le diera la gana. No era nadie para mandarlo. Un gran suspiro escapa del chico, levanta su mirar notando el techo de madera y se gira viendo la puerta de su habitación, es molesto, detesta no poder salir de casa. Pero era eso, casarse con un alfa militar había sido su decisión.

¿Y quien no lo haría? Fue Daniel quien le propuso matrimonio después de años a su lado, claro, un poco inestable aquella relación pero al final sabía que vendría bien para su vida casarse, sentirse protegido y amado por alguien. Era así, pero todo lo bueno tiene su contra.

El hombre era un mujeriego, o bueno, en cualquier ámbito pues no era un secreto que más de una ocasión se metió con algún omega durante sus rondas de trabajo, o cuando salía del pueblo para una "misión", quizá si era un tema de trabajo pero siempre tenía a alguien cerca suyo. Aún con todo eso Sergio lo acepto, no dudo en atarse bajo el nombrado matrimonio y ahora se encontraba así, solo bajo una tormenta que parecía no tener fin.

"Si estuviera aquí sería distinto" piensa el omega, se remueve sobre la cama hasta quedar sentado en la misma. Analiza su alrededor esperando algo, alguien.

Pasan los minutos, ni una sola señal del mayor; Su cuerpo se cansa y sus ojos se cierran por sí solos.

Sergio como una costumbre duerme esperando a su amado, recargado en la pared, justo a la par de la ventana donde ocasionalmente se encuentra mirando el paisaje frente a ellos. Sus pesares sanan en aquella cama mientras los brazos de morfeo lo atrapan.

03:10am.

Las pesadas botas del hombre se escuchan, sus pasos siempre son así de fuertes y algo intimidantes, se despoja de sus ajustadas prendas mientras se adentra a la casa y en silencio observa, su esposo dejó la cena lista. Toma asiento, arrastra el plato por toda la mesa hasta tenerlo frente suyo, quita la servilleta y come, es callado, siempre lo fue, distante en ocasiones pero también un raro enamorado. Saborea, su paladar disfruta del toque culinario que el joven mexicano posee. "Baste bueno en esta ocasión" murmura llevando otra porción a su boca; Estaba pensando, pensaba en su omega, ese joven que lo cautivo desde el primer momento en que lo vio, tan dulce y frágil.

Daniel era nuevo en el pueblo, muchos se alejaban del australiano pues ante lo nuevo siempre hay temor, pero Sergio no, el fue curioso y se adentro a la vida del hombre. Había llegado gracias a una misión, sus colegas y el fueron llevados como suministró por si algo llegaba a salir mal.

Y por un destino inesperado para el, terminó quedándose en el pueblo a la par del joven omega que, lo enamoro perdidamente. Daniel recuerda a la perfección cada momento juntos, los buenos, los manos y los peores donde los dos se mantuvieron. Recuerda cuando le propuso matrimonio, no se arrepiente pero sabe que algo muy en el fondo del omega si, no lo culpa, es una mierda andante.

Jode con omegas ajenos, llega ebrio y es violento en ocasiones. Sigue tratando aquello, sabe que Sergio es su todo, es estúpido hacer tanto para perderlo. No desea perderlo.

Coronel | Checo & Daniel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora