| Lo siento | ♤◇♧♡ Husk y tu

Un trato

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Ver tanta gente acá reunida
Me dan ganas de fumar
Lo que pasa es que en casa
Muy solo se está
Ahí va otro inadaptado
Intentando encajar
No sé muy bien en dónde
Encajar, no sé ni para qué
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Narra Husk

Deje caer el ciervo muerto en medio de aquel circulo que había pintado con la sangre del mismo, prendí las velas y encendí la radio dejando sonar la estática al no sintonizar ninguna emisora

-Espero que no me hayas estafado bruja, que si no te matare yo mismo- pensé en voz alta

Ya tenía todo listo, tenía la mansión para mí solo y me asegure que nadie viniera, tome la hoja que había dejado a un costado y comencé a leer lo que había escrito la mujer, a pesar de no tener mucha fe, lo dije de forma segura tal como me indico

Las luces comenzaron a fallar, pero lo ignore, la radio empezó a sonar rara hasta que los focos estallaron dejándome solo con la luz de las velas

-...Haz un trato conmigo- termine de leer

La radio bajo su volumen y nada paso por unos instantes hasta que una especie de portal se abrió en el centro de aquel circulo, el ciervo muerto callo por él y volvió a cerrarse, di un paso atrás sorprendido por aquello. Las velas brillaron intensamente y una luz roja me cegó obligándome a cerrar los ojos, al sentir que era menos intensa al fin pude abrirlos

En el centro de aquel circulo estaba de pie un hombre de gabardina roja, un bastón, un cabello rojo con negro, ¿orejas y astas?, y con una gran sonrisa

-Tu... tu eres el Demonio de la Radio?-

-Pues quien más seria? Mi nombre es Alastor, es un placer conocer a otra alma que desea hacer un trato conmigo- su sonrisa se agrando mostrando malicia

No importaba lo sorprendido que estaba, aun así decidí mantenerme firme, es un demonio si le demostraba miedo él me podría pensar más vulnerable de lo que seguramente ya cree

-Entonces aceptas hacer un trato conmigo?-

-Bueno primero deberías decirme que quieres, pero si me darás tu alma pide lo que quieras- símbolos extraños aparecieron a su al rededor y sus ojos se volvieron como la manecilla de la radio, cerré mis manos en puños y mantuve mi rostro serio, no dejaría que me intimidara

-No te daré mi alma- todo volvió a la normalidad y me miro confundido pero manteniendo aquella sonrisa -Escucha el trato que te ofrezco y tu decidirás si aceptas-

-De acuerdo, te escucho-

-Quiero que mates a mi padre, que muera de una forma lenta y dolorosa, además de que no me vea implicado en su muerte. A cambio podrás tener las almas de las siguientes 30 almas que mate, tu dime si debo hacer algo para entregártelas-

-Que sean 50-

Este tipo... seré un mafioso pero el matar tantas personas no es sencillo, tantas "desapariciones" llaman la atención... pero ella lo vale

-Bien, es un trato- extendí mi mano hacia él

Aquella apariencia aterradora volvió y una luz verde ilumino la habitación, tomo mi mano cerrando el trato y entonces todo se volvió negro

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-Mierda mi cabeza...- me levante del suelo

Tenía un ligero dolor de cabeza, mire a mi alrededor... la sala estaba limpia pero aquello no fue un sueño ¿verdad?