Capítulo 1

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La hermandad de los lobos sangrientos se reunía en un bar esa noche y mi misión era acabar con ellos, la peluca en mi cabeza me molestaba, pero no podía dejar que notaran que yo estaba allí, pues esta era la segunda vez que intentaba matarlos.

El bar estaba muerto, sólo estaban 5 de ellos y yo todos ellos eran altos y musculosos, pero sus similitudes terminaban allí, uno era pelirrojo con una camiseta de cuadros rojos, otro rubio con un parche en el ojo, uno tenia el pelo castaño y sin un dedo, otro con el pelo teñido con rayas azules y rojas, y el último tenía una gorra. De vez en cuando se detenían a mirarme un poco, no podía escuchar muy bien lo que decían, pues hablaban lo más bajo posible, pero luego empezaron a hablar más alto como si quisieran que los escuchará. Los llamaré sectarios y ahorrarme las molestias.

-La próxima vez que alguien intente matarnos, estaremos listos- dijo el sectario uno, siendo todo menos disimulado

- Ahora no tenemos que preocuparnos de nada- dijo el sectario 2, alzando la voz y echando miradas, con lo que se podría describir como precaución.

- Aunque creó que nuestro invitado ya lo sabe- dijo el sectario 3, volteandose completamente hacía mi.

Al escuchar la última frase, sabía que ya me habían atrapado, como no pude pensarlo, ellos esperaban que yo viniera. Sentí algo de presión es la nuca y sabía que nada podría ser peor ahora.

-Es mejor que no te muevas, Ashe.- dijo un sectario 4, pausadamente.

Al escuchar eso sabía que sólo había una salida, la difícil.

- yo no soy una de esas personas, que hace lo que le dicen- mientras decía esto, movía lentamente mi mano a la daga en mi bolsillo.

-Pues, empezarás a hacerlo si es que quieres salir sin ningún da...

El sectario no pudo terminar su frase, pues la daga clavada en su cuello, no lo dejaba respirar. Los demás retrocedieron debido a la rapidez en la que volteé las cosas, tome el arma y le apunte al líder.

-Tu no podrías hacer eso- uno de los sectarios

Sonreí debido a esa frase.
- mirarme - luego de decir eso dispare el arma y la bala dio justo en su cabeza; bien, sólo quedaban 3 y no sería un problema eliminarlos ahora que yo tenía el arma

- les doy tres segundos para correr o atacarme, ustedes deciden - a uno de ellos se le veía el miedo puro en la cara, a los otros dos sólo me observaban con ira.

-1- el que tenía miedo salió corriendo por la puerta de inmediato. Gallina.

-2- los otros dos se miraron y sonrieron

-3- apenas dije 3, empezaron a transformarse en su piel empezó a crecer pelaje, su boca se empezó a transformarse en un hocico largo y lleno de colmillos, su tamaño incremento y sus manos se convirtieron en patas con garras afiladas. Que predecibles.

-¡muere escoria!- me grito el sectario. El fanatismo me da náuseas.

-nada menos de lo que esperaría de un hombre lobo- dije, burlándome de ellos, respondiendo a la provocación, saltaron hacia a mi, pude saltar y esquive a uno, pero no pude esquivar al otro, y terminé con sus garras rozándome el brazo

Retrocedí debido al golpe y me prepare para enterrarle la daga a cualquiera que me saltara encima, pero simplemente, me tiraron una de las mesas la cual no pude esquivar, eso duele como una jodida perra.

Luego de eso, sólo alcance a ver que uno de ellos salto asía a mi, pero logre reaccionar y enterré mi daga justo en su corazon, la sangre mancho mi mano, pero ése golpe acabó con la vida de la criatura, el maldito pesaba.

-La próxima vez nosotros te atacáremos a ti.- dijo el sectario, retrocediendo

-GALLINA- grite, luego de que saliera corriendo por la puerta, como el alma que lleva al diablo.

Me pare y vi el desastre que causé, todo el maldito bar estaba destruido. Mierda

-mejor me voy antes de que llegue la policia- dije mientras me dirigía a la salida, caminando ligeramente, sin ninguna preocupación. Había terminado mi trabajo, por ahora.

Luego de caminar un rato encontré un faro de luz de la carretera, y enmarcada en el reflejo de una ventana, pude ver, como me veía.

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(N/A)
Hola, soy Fox
Me tocó la buena suerte de ser el que empezaba, por lo que hice lo que se me dio la gana.
Jajajajaja
Te lo dejo allí, querida Lion
Espero que no hagas nada que yo no haría, pero como yo haría lo que sea, mejor ni lo tomes en cuenta.
-Fox

Escritores al ataqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora