V: Reino

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El cielo estaba cubierto de nubes oscuras, significaba lluvia, las calles estaban totalmente solitarias y las estructuras vacías, no había ni un alma.

Las campanas de la ciudad se escuchaban fuerte y claro aún estando en el centro de la misma.

Pero, ¿cómo es que puedes soñar con un lugar que nunca has visto?

Se encontraba frente a las enormes puertas del muro frente al castillo, estaba en Regnum. El muro por si sólo era imponente, sobre este habían picos para aumentar la seguridad y posiblemente alrededor hubiesen guardias custodiando la entrada.

Aún con duda y confusión, se acercó para tocar la puerta, pero antes de poder terminar de dar el tercer toque con sus dedos la puerta es abierta. Se sorprende porque al igual que las calles no parece haber nadie allí.

"Buscalo"

Y aunque no sabe muy bien qué buscar ni porqué siempre le habla la misma voz, decide adentrarse y comenzar a caminar.

"Es solamente un sueño, como los de casi todas las noches, nada puede dañar me aquí"

¿O si?

Al dar con uno de los grandes portones de una de las Torres las puertas vuelven a abrirse dándole la bienvenida directa al castillo. Pero está oscuro y parece haber sido abandonado hace poco, el silbido del viento que avisa la lluvia no es muy acogedor y tiene miedo de lo que pueda haber allí adentro.

"Camina"

La voz esta vez suena más como una orden llena de enojo, al parecer no le gustaban las dudas. Aún con sus  titubeantes pensamientos presentes decide entrar. Da un pequeño brinco cuando cuando las puertas se cierran y hacen un ruido fuerte, camina unos pasos y otro susto se hace presente cuando estando frente a un escalón las antorchas a su alrededor se encienden, permitiéndole la visión.

"Visión"

¿Es posible encontrar una visión tan siquiera? ¿Era eso lo que quería que encontrara?

Tomando una fuerte respiración decide simplemente seguir el camino que las antorchas marcan, guiandolo. Después de un tiempo caminando y darse cuenta que en realidad el lugar es demasiado grande el fuego se detiene. Gira sobre sí mismo sólo para ver que los lugares por los que pasó ya no estaban iluminados y que no había marcha atrás.

Regresando su vista y dirección al frente él mismo empuja las puertas y cuenta hasta tres antes de adentrarse. Pero sus ojos no ven lo que esperaban, ven cualquier cosa menos lo que esperaban.

Donghyuck odia las pesadillas, detesta el miedo y no le gusta para nada la angustia. Pero el sentimiento en su pecho no le permite reaccionar.

"Es tu rey, protege a tu rey"

No, es imposible, el príncipe heres ni siquiera había sido desposado, el rey aún no había muerto. Hace unas horas había hablado con el hombre sentado en esa silla, era imposible.

"Cuando soñamos, las visiones pueden consumirnos"

A paso apresurado y con el corazón latiendo más rápido de lo que jamás en su vida recuerda, con su omega retorciendose en su interior, se acerca a la figura del hombre frente a él.

Esta sentado en la silla dorada que llaman trono, su corona ha caído de su cabeza el hilo de sangre que baja por su boca gotea hacia el piso.

"Guerra y muerte, todo por poder"

— No es como su padre — responde Donghyuck acomodando con sus manos la cabeza de Minhyung con un cuidado casi doloroso.

Cuando ve sus ojos sin vida, su rostro pálido y luego su cuerpo en esa silla. Esa espada en su abdomen, su corazón se detiene. Abre sus ojos, sus pulmones arden, su cabello esta húmedo por el sudor, la puerta suena.

Tiene miedo.

Por si fuera poca tortura para aquel muchacho haber soñado con el cuerpo de alguien que había conocido hacía algunos días debía soportar sus clases de bordado

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Por si fuera poca tortura para aquel muchacho haber soñado con el cuerpo de alguien que había conocido hacía algunos días debía soportar sus clases de bordado.

Había pinchado sus dedos ya cuatro veces casi seguidas y lo único que rogaba su interior era ver al príncipe, confirmar que lo que sintió en sus manos no ers su sangre y que de verdad el príncipe partiría mañana por la mañana. Aunque tampoco está listo para enfrentar los ojos curiosos de Minhyung y su olor a alfa tan dañino, le encantaba y no podía mentirse a sí mismo, pero detestaba sentir que apreciaba y se deleitaba con algo ajeno, a pesar de no ser él de nadie.

Le molestaba aún más de manera racional disfrutar de tener la atención de Minhyung siendo que aún no había tenido su primer celo y ya parecía tener calores, era ridículo su comportamiento acelerado, y era demasiado vergonzoso preguntarle a Chittaphon acerca de esas "nuevas sensaciones" o si eran normales.

Está en descontrol casi total y las situaciones no ayudan, es demasiado joven para tener tanto en la cabeza y nada de eso pasaría si los sueños no parecieran ir de mal en peor desde hacía casi una semana, era frecuente que soñara, si, pero nunca lo había hecho tan vivido y de la manera tan exacta como las últimas veces.

— ¿Te encuentras bien? — la voz tan cercana lo hizo sobresaltarse.

De nuevo se golpeó con la aguja. Suelta un siseo muy bajito.

— Lo siento, no quería asustarte — la sonrisa apenada que Na le regala hace que se relaje, no fue su culpa, solamente tenía mucho en la cabeza.

Curioso que Lord Jaemin sea una de esas cosas, aún no olvidaba el Paseo del día anterior.

— No pasa nada, mi Lord, parece que amanecí un poco más distraído que de costumbre.

— Te había dicho que nos trataramos de la misma edad, aún si no la tenemos, se supone que lo hacías cuando éramos más jóvenes.

Y era cierto, pero era más fácil cuando no se le había declarado en un paseo a caballo.

— Cierto, lo lamento, mala noche — dice tratando de sonreír.

— Puedo notarlo, te ves cansado — Donghyuck no evita una mueca de tristeza y Jaemin le sonríe.

La conversación sigue fluyendo como normalmente lo haría, aunque no pasa desapercibida para nadie la cercanía que presentan, aunque tal vez sea porque Jaemin decidió sentarse más cerca suyo el día de hoy.

Y no es que Donghyuck no lo haya pensado, Na es un buen alfa y si bien no es un Lord de una casa enorme y le dijeron que no desposara a nadie en el norte, aún así mientras paseaban a caballo durante la tarde decidió proponérselo. Aunque tampoco confiaba ciegamente.

Además, Donghyuck sabía que él no estaba destinado a la realeza.

Sabía que por más sensaciones que pudiera experimentar solamente con una charla con el príncipe, o con un pequeño contacto, él no iba a elegirlo. Necesitaban una visión para el Reino, alguien a quien admirar, y él no era eso.

Sin duda alguna aún si pudiera conquistar al príncipe sabe su lugar, así que ver a los ojos de Jaemin y pensar en dar algunos cachorros no suena como un pésimo destino y es su mejor opción hasta el momento, aún si no lo emociona, a veces no todo se trata de amor.

A veces no todo se trata de lo que él desearía hacer.

A veces el destino y tu rol ya está determinado.

Danza - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora