𝐋𝐮𝐜𝐞𝐬, 𝐜𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚 𝐲 ¡𝐂𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐬𝐦𝐨! [𝐓𝐨𝐫𝐝𝐭𝐨𝐦]

Prologo

Tord no recuerda mucho de aquel día, solo que uno de sus tantos experimentos falló y le explotó en la cara de manera no irónica esta vez, con la cara echa mierda y un brazo faltante los días no se hicieron más fáciles, el dolor era insoportable y necesitaba distraer su mente.

Aquella tarde vagando por Inglaterra en busca de algo que disminuyera el dolor entró en un bar de mala muerte, con una sudadera roja que ocultaba su rostro y brazo robótico, lo único que escapaba de la prenda era su cabello con una curiosa forma de cuernos pero a nadie parecía importarle, todos los ojos estaban frente a la banda que tocaría esta noche, un pequeño grupo comandado por cuatro personas, una baterista, un guitarrista, quien parecía ser el vocalista y luego estaba aquel chico de apariencia única quien cargaba un bajo blanco con negro y pequeños detalles en café, ignoró por completo el nombre de la agrupación y el cover de la canción que tocarían esa noche, no podía apartar la mirada de aquel extraño bajista con cabello castaño y peinado en puntas, le recordaba a una piña la forma en la cual se peinaba, además podía escuchar perfectamente el bajo y como este acompañaba y guiaba junto a la batería el ritmo de la melodía, y entonces pasó, aquel hombre de cabello extraño comenzó a cantar como la segunda voz del grupo, el sonido era tan armonioso que gran parte de los borrachos dejaron de hablar para prestar atención, fue un momento agradable tomar un trago con la compañía de aquellas personas...

No, espera.

En compañía de ese chico quien en ningún momento había apartado la vista de su instrumento.

Tord completamente intrigado por cómo serían los ojos de aquel hombre pensó que era una lástima la luz que tenía el escenario del lugar y lo reducido que este era, por lo lejos que estaba y el ángulo tan incómodo para mirar solo podía ver negro en aquellas cuencas, pero no importó mucho, la poca apariencia que podía apreciar y la voz fueron sufientes para imaginarse por completo al hombre, sin notarlo, su cuerpo se había relajado y la armonía había disipado su dolor o al menos la atención en este, se sentía más tranquilo y confiado, casi como se siente después de un buen descanso luego de semanas estresantes en la armada.

—¡Muchas gracias por todo! ¡Esperamos verlos la semana que viene!

Y con un aplauso del público y pequeños gritos de apoyo, por fin bajaron del lugar y se despidieron, aunque tres de los cuatro integrantes se quedaron para tomar algo, el chico de su interés salió del lugar tan rápido que no pudo seguirle el paso, una vez afuera solo quedaba la lluvia acompañado a aquel hombre quien tristemente acepto su derrota y pensó si es que el próximo jueves podría verlo nuevamente.

—Señor

—¿Si Paul?

—Tenemos los suministros necesarios, es hora de volver a la base.

—... entendido.