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Entré al bar de siempre observando a mi al rededor, divisé el lugar en la barra que parecía reservado únicamente para mi, pues siempre me sentaba ahí.

Tome asiento y luego acomodé las mangas de mi traje. Pedí un Whisky y segundos después la señorita que atendía me lo sirvió, le di un largo trago y mi mirada viajo hasta donde estaba Ella. Esa dama que sin querer y sin conocerla me robó el aliento, tan sexy, creo que me enamoré.

Sus movimientos eran delicados al igual que ella, su lindo pelo castaño y ojos azules resaltaban con su vestuario, tenía un collar de perlas en su bonito cuello y portaba un labial rojo intenso.

Di otro trago observándola y disfrutando, todas las noches soñaba con hablarle y tener el honor de pasar aunque sea una sola de estas con ella. Pero no podía solo llegar y pedirle aquello, no, yo si tengo modales, a diferencia de los pervertidos en este lugar.

Esa chica robó mi corazón, no pienso desaprovechar ninguna oportunidad.

Su vista relajada y sexy viajaba por los presentes, sus movimientos eran seguros y lentos, y eso solo hizo que me gustará aún más.

De todas las chicas aquí, y sin ser ofensivo, ella es la más bella, pues sale con lindos atuendos que hace que su figura resalte más, al igual que su físico; Lo que ella hace no es solo moverse para entretener a unos cuantos hombres, no señor, ella baila, danza, hace arte.

Deje el pequeño vaso en la barra y me puse de pie caminando más cerca del pequeño escenario en donde se encontraba bailando con un atuendo bastante descubierto y una boa de plumas rosa pastel enrollada sobre sus hombros y brazos.

Notó mi presencia y se acercó a mi poniéndose de cuclillas, acaricio mi mejilla y luego se alejó, dejándome con la emoción en todo mi cuerpo. Ella sabía bien lo que hacía y lo que en muchos hombres como yo provocaba.

Sonreí y desvié la mirada a mis pies por un instante, me senté en un pequeño sillón que estaba ahí y solo observé. Cuando el pequeño show terminó, todas las bailarinas bajaron del escenario y se dirigieron a la barra, otras con algunos hombres y ella solo caminaba relajada, parecía que tendría la agenda libre esta noche.

De alguna manera nuestras miradas conectaron nuevamente y le hice una seña para que se acercara a mi, ella sonrió coqueta y avanzó con calma. Cuando llegó se sentó sobre mis piernas, coloqué mis manos sobre su cintura descansandolas ahí y ella volvió a acariciar mi rostro.

- ¿Cómo estás, lindo? -Su voz era suave y seductora, sonreí. Estaba en el tono perfecto, no era demasiado aguda ni muy gruesa, sonaba exquisito.

- Mucho mejor ahora, gracias. -Tomé con más firmeza su delgada cintura y ella me devolvió la sonrisa, mostrando sus perfectos dientes blancos.

- ¿Quieres pasar un buen rato? -Preguntó con su mirada intensa. Yo solo me limite a responder con otra sonrisa y nos pusimos de pie.

Me tomó de la mano y me guió hasta la parte donde todos iban a "pasar el rato", creí que entraríamos a una de las tantas habitaciones pero en lugar de eso, me jaló hasta casi el final del pasillo y nos detuvimos en una puerta que se veía mucho mejor cuidada, esta tenía una estrella en ella.

"Brittany III", suspiré embobado. Hasta su nombre era bonito y sofisticado, como ella.

Me jaló se nuevo para adentrarnos a la habitación y una vez ahí me besó acorralandome en la puerta detrás de mi.

Sus besos se sentían cálidos y bastante satisfactorios, de vez en cuando mordía mi labio inferior y viceversa.

- Antes de seguir... Necesito saber si eres un hombre de... mente abierta. -Dijo con sus brazos todavia enredados en mi cuello, sonaba un poco dudosa, pero después volvió a actuar despreocupada; Vaya que me desconcertó, ¿eso qué tenía que ver?

Sexy Drug - Maxley [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora