Reencuentro I.

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Zaiden recién salía de su trabajo e iba directo a su casa. Subió a su auto y comenzó a conducir hacia su casa. Mientras conducía, su celular sonó con una notificación de mensaje.

Lo tomó y lo revisó. Era de su madre.

"-Recuerda la cena familiar querida. No me gustaría que faltaras esta vez, por favor ven a casa esta vez.-"

Zaiden siempre odió las cenas familiares aunque no lo dijera, peor si era con su familia. No la odiaba, no podía hacerlo, pero con los problemas que se hicieron años anteriores hizo que ella se fuera de la casa.

Sólo leyó el mensaje pero no contestó, una llamada cayó al instante.

-¿Diga?-Dijo con voz seria al contestar.

-¡Zay! ¿Cómo está mi hermanita favorita?-Respondieron al otro lado de la línea. Zaiden conocería esa voz donde fuera.

-Zaiden, Daniela.-Dijo frotándose el puente de la nariz.-¿Pasa algo enana?

-Sí, ¿vendrás a la cena?

Zaiden rodó los ojos y reprimió un bufido.-Daniela, sabes que no me gustan las cenas familiares...

-Ya sé, pero no vienes a casa desde hace cinco años Zay, mamá te extraña casi todos los días, se nota que eres su favorita.

-¿Natalia estará ahí?-Preguntó con desagrado ante el nombre.

-Es la novia de mamá Zay, obvio que estará aquí.

-Sólo llegaré por mamá, Daniela. Pero si Natalia se pone en mi contra, no voy a aguantar ninguna de sus bromitas de mal gusto.

-Sé que eres mecha corta Zay, intenta controlarte esta vez, ¿sí?

-Bien, lo intentaré.

-¡Te veo en casa Zay!

La llamada terminó, Zaiden no se llevaba tan bien con la nueva novia de su madre, Natalia. Desde que esa mujer comenzó a vivir en la casa de su madre todo era discusiones entre su madre y ella por la presencia de la mujer.

Condujo hasta su casa para prepararse, no iría a casa de su madre con el uniforme de su trabajo bajo ninguna circunstancia.

Al entrar a su casa, fue recibida por su gata de toda la vida. Una gata blanca de ojos bicolores.

-Hola hermosa, ¿te portaste bien?-Dijo cargando a la gata y dejando que ésta se sentara en su hombro.

Cuando llegó a su cuarto, la gata se lanzó sobre la cama, Zaiden comenzó a desvestirse para ir a darse una buena ducha de media hora. Luego de que se duchó, se cambió para la bendita cena.

Una camisa de botones manga larga, un pantalón negro y unas botas.

-Oye hermosa, ¿quieres acompañar a mami a la cena familiar?-Preguntó a su gata mientras se recostaba en la cama al lado del felino.

Como respuesta recibió dos maullidos, era un no.

-Tú te lo pierdes.-Dijo levantándose.

Dejó comida para la noche, no iba a regresar hasta la mañana siguiente. Luego de la fiesta, iría a un antro para beber un rato y desestresarse.

Subió al auto y condujo hasta la casa de su madre.

Sonó el claxon para que abrieran el gran portón.

-Señorita Zaiden, tanto tiempo sin verla.-Dijo el portero.

-Es un placer verte de nuevo Esteve, ¿todo bien en casa?

-De milagro sí. Usted ya sabe que hacer, estaciónese donde quiera.

Zaiden le sonrió al portero y entró con el auto, estacionó su auto junto al lambo deportivo de la novia de su madre. Rompería ese auto si la cena iba mal.

La lealtad es algo importante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora