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Advertencias: omegaverse, fluff y angst mezclado. 

Chan!Alfa x Changbin!Alfa x Seungmin!Omega

[...]

~No quiero estar solo,

Sólo quiero ser tuyo...

Seungmin estaba realmente molesto.

¿Cómo mierda Chanwoo consiguió su número?

Sintió vibrar su celular mientras preparaba un café, Wheein esperando las tazas para llevarlas a la mesa cinco, y estuvo a punto de contestar para mandarlo al diablo.

Pero no podía hacerlo, no si quería que Chanwoo se molestara.

Y cuando Chanwoo se molestaba...

Se estremeció al recordar como el mayor lo acorralaba diciéndole cosas con su voz alfa. Como que se quedara quieto, que no dijera nada mientras las manos enormes de Chanwoo lo acariciaban.

Nunca llegó a propasarse, no realmente, pero, aunque no lo hiciera, Seungmin lo sentía como una violación.

El móvil dejó de vibrar y suspiró, cansado. Recibió minutos antes un mensaje de Chanwoo invitándolo a una fiesta esa noche, en la casa de Jiyong, pero Seungmin no le contestó. No pensaba pasarse por esa fiesta, ni siquiera lo consideró un segundo: una fiesta con tantos alfas, con Jihye rondando... prefería ahorrarse el mal momento.

Además, Jeongin dijo que debía estudiar esa noche, Hyunjin y Hyejin tenían una cita, Félix cuidaría a su hermano menor, Wheein pidió salir más temprano, y él tendría que esperar a que su jefa llegara para cerrar el lugar.

No tenía ganas de nada en ese momento. Volvió a tener una pesadilla.

Y sumado al hecho de que Changbin y Chan estaban tomando algo, como cada tarde, tenía los nervios más alterados de costumbre.

Se sobresaltó cuando su móvil volvió a sonar y estuvo a punto de derramar el té que preparó para Chan sobre el alfa.

—Lo siento —murmuró desganado, dejando el batido que Changbin pidió frente al de cabello azul, haciendo después lo mismo con el té.

A las nueve y media podrás irte, se dijo, ignorando la vibración en su bolsillo, luego podrás llegar a casa y acostarte.

Al menos, eso pretendía. Solo esperaba que Jihoon no comenzara a molestarlo, como siempre.

—Te ves distraído.

Parpadeó, viendo que fue Changbin quien habló.

Pero el alfa no lo estaba mirando, solo jugueteaba con la bombilla de su batido.

Desde hace varios días que el chico lucía alejado, más frío de lo normal, y eso realmente lo extrañaba. Se acostumbró demasiado a su actitud alegre, explosiva.

—Bin tiene razón —concedió Chan—, ¿te sientes bien?

El chico rascó su nuca, tragando saliva.

—Sí, no es nada —murmuró, antes de marcharse.

Changbin enarcó una ceja, mirando a su amigo y tratando de ignorar el hecho de que seguía sin tener muchos avances con el omega. Y ahora estaba más irritado porque el día anterior Chan le dijo, directamente, que tenía el número del menor y pensaba invitarlo a cenar el próximo fin de semana.

Si no hubiera sido por la poca dignidad que le quedaba, el de cabello azul habría insistido en que le diera el número, o a pesar de que sabía de antemano que no obtendría nada.

Monocromia [ChanMinBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora