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El sonido de la puerta abriéndose o cerrándose junto al sonido de las máquinas de café y las voces de las personas eran todo lo que se en la cafetería

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El sonido de la puerta abriéndose o cerrándose junto al sonido de las máquinas de café y las voces de las personas eran todo lo que se en la cafetería.

El suave y delicioso aroma del café y de las demás bebidas junto a los postres que Charmy junto a Gordon estaban haciendo era lo que hipnotizaba a todo el mundo.

Gracias al aroma Magna podía recordar bastante bien su niñez, su infancia no fue tan difícil como la de algunos de sus amigos.

Claro que tenía problemas de dinero ya que su familia no era de muchos recursos y su pueblo era uno de los olvidados del país pero gracias a su madre él logro salir adelante con uñas y dientes.

Gracias a ella Magna era quien era hoy en día. Alguien amante de lo extremo, que luchaba por sus sueños, que no se dejaba pisotear por los demás y leal a toda su gente.

No conocía a su padre Pero a él sinceramente le daba igual ¿Por qué debería llorar o desear a un hombre que jamás conoció y nunca estuvo con él en la etapa más importante de su vida?.

Ya tenía una persona que siempre estuvo allí para él y fue la única persona que siempre confio en sus sueños, su madre.

Ella trabajo mucho para darle la oportunidad de estudiar en una de las mejores academias del país, aún cuando sabía que él no era el mejor en la escuela Pero tampoco era el peor, así que cuando Magna le tocó irse y abandonar todo lo que conoció para poder salir adelante con su vida le hizo una promesa a su madre que cuando tuviera un trabajo le haría una casa para ella, algo que él tenía en mente lograrlo y gracias a su jefe tal vez el sueño no sería tan lejano como habia pensado.

Vanessa:¡Delincuente! -grito irritada.

Magna:¿Eh?.

Vanessa: ayuda a Luck a recoger las mesas y no se peleen, a los clientes les gusta ver sus peleas Pero hoy no estoy de humor para hechar más leña al fuego -dijo divertida.

Magna: que Finral no te haga caso no es culpa nuestra -dijo burlón.

Zora, que estaba detrás de él, se rió con muchas ganas por ver el gran sonrojo en el rostro de la mujer.

Vanessa:¡Sólo ve y Zora cállate! -grito enojada.

Magna con una gran sonrisa se fue con el rubio, sin duda alguna cuando visitará a su madre la invitaría a conocer a su familia de la gran ciudad.

Vanessa soltó un suspiro y respiró y el delicioso aroma que había en el lugar, le sorprendía mucho que una chica tan joven como Charmy fuera capaz de cocinar de esa manera tan deliciosa.

Este aroma la hacía recordar su niñez, su infancia no fue tan mala Pero tampoco tan buena, su madre siempre fue alguien...¿Sobreprotectora? Se podía decir que sí.

Cuando eres niño no te parece nada raro pero cuando creces te sientes sofocado y te sientes prisionero en una jaula de oro.

Eso la había cansado pero cuando estaba en su último año de preparatoria había explotado, ambas habían tenido una gran pelea donde se dijeron muchas cosas y su madre le confesó el porque era así.

Su madre había tenido unos padres muy liberadores por así decirlo, jamás le había importado lo que le pasará a ella y cuando tenía 18 quedó embarazada de ella.

El hombre en cuestión era un verdadero idiota en todas las de la ley, los padres de él los obligaron a casarse mientras que los padres de su madre ni siquiera se molestaron en preguntarle si estaba bien o no. Toda su vida fue una mierda al lado de ese hombre, era un abusivo, un bebedor y un apostador, su madre se logró liberar de él gracias a las deudas que tenía con gente peligrosa.

Al enterarse de todo lo que pasó Vanessa entendió mejor a su madre y ambas se  disculparon por lo que habían dicho, fueron a terapia y mejoraron su relación.

Su madre seguía viviendo en la misma ciudad mientras que ella decidió salir de aquella jaula para poder conocer el mundo, siempre hablaban por mensaje y se contaban de sus vidas, incluso le confesó que le gustaba Finral, su madre vendría la otra semana para conocer a su familia del trabajo y también para conocer al famoso Finral, estaba nerviosa.

Yami: tierra llamando a Vanessa, deja de pensar en la próxima semana y sólo piensa en el hoy -dijo cansado.

La pelirrosada salió de sus pensamientos al oír la voz de su jefe/papá.

Vanessa: p-perdón... Es que estoy nerviosa -murmurro.

Yami: si ambas lograron solucionar sus problemas hace años no debes sentirte nerviosa... Nosotros haremos un gran trabajo... Por lo menos no seremos tan desastrosos -dijo con calma.

Noelle: Asta te hablan.

Asta:¡Noelle!.

La peliplateada sonrió burlona y le saco la lengua a su mejor amigo, o mejor dicho "hermano gemelo", apodo puesto por Zora porque noto que esos 2 no se separaban por nada en el mundo y a ninguno le molestó eso.

Yami se burló por las caras de uno de sus dúos favoritos y sólo siguió vigilando a los demás, el café siempre fue parte de su vida cuando era un simple adolescente.

Cuando era un niño él y su familia debieron irse de Japón para irse a China, mejor dicho por culpa de su padre.

Su vida cambio mucho por la mudanza, muchos lo miraban como un bicho raro pero a él sinceramente no le importaba, no quería ser una molestia cuando su madre estaba embarazada de su pequeña hermana Ichika.

Nuevamente su vida dio un giro de 360° cuando su madre falleció después de dar a luz a su hermana, eso fue un golpe bastante fuerte para él pero no se derrumbó, supo desde el principio que el único apoyo que la bebé tendría sería él porque sabía que su padre no se preocuparía por ellos.

Estudiar y trabajar fue difícil pero todo valía la pena con tal de ver la sonrisa de su hermana. Su padre había muerto Pero no sintió un vacío como lo hizo con su madre, su hermana tampoco estuvo tan destrozada como él había creído.

En su adolescencia trabajo en una cafetería mientras estudiaba karate, gracias a eso logro terminar sus estudios y darle una gran fuente de dinero a su hermana para que también estudiará.

Hace algunos meses atrás decidió volver a su hogar y abrir un café, era lo mejor que le venía conoció a Nacht y se volvieron amigos, él le ayudo en buscar un buen lugar y como por arte de magia encontró este edificio abandonado con un hombre que estaba casi en las últimas y después llegaron esos idiotas que lo hacían reírse y también estaba la maestra de sus mocosos...

Sin duda alguna no cambiaría nada de su vida.

Sin duda alguna no cambiaría nada de su vida

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Continuará

Gracias por leer~.

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