Kassandra Carter, estudiante de psicología, amante de siempre tener la razón y de la música, es presentada a Christian Cooper, un amigo de su amigo, este chico misterioso e intrigante, conocido por ser el mejor jugador de fútbol americano del equipo...
El resto de los días en la playa fueron increíbles, vi un atardecer de revista junto a lo que podría llamar un modelo de revista. El chico hizo que la apuesta de sol se sintiera algo insignificante cuando vi su rostro coloreado por las más hermosas luces naranjas y rosadas del cielo.
Un espectáculo visual y no me refería a lo hermoso que era el paisaje frente a nosotros.
Si estos eran los premios por ganar un campeonato, definitivamente daría mi ciento diez por ciento en el próximo.
Pero como todo lo bueno no dura para siempre, las horas de disfrute junto al mar y al chico de piel besada por el sol también terminaron.
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Tan pronto como llegó el día siguiente, le mandé un mensaje de texto a Christian.
Necesitábamos terminar con las sesiones lo más pronto posible.
La fecha límite empezaba a hacerme sombras y también quería dejar de tenerlo como mi paciente. Quería saber qué era lo que yo realmente sentía por él.
El tiempo junto a la arena blanca y la espuma aterciopelada me había aclarado un poco las ideas, pero necesitaba ver algunas cosas más antes de tomar una decisión definitiva.
Buenos días, Christian. Le hablo para confirmar la próxima fecha, ya estamos en la recta final del programa, por lo tanto, esta será nuestra última cita. Será en el mismo lugar de las anteriores y si le parece bien mantener el mismo horario estaría perfecto. Por favor, hágame saber si tiene algún inconveniente.
Atentamente, estudiante de Psicología, Kassandra Carter.
Un poco muy formal si era sincera, pero era lo mejor. Ya casi terminábamos. Luego podría mantener el tipo de contacto que quisiera con él. Necesitaba mantenerme al margen, al menos hasta luego de la última sesión. Las cosas se habían descarrilado un poco demasiado y creía ya casi tener todas las respuestas que necesitaba para poder diagnosticar a Christian.
Estaba un poco asustada si era honesta. No quería llegar a una conclusión precipitada, pero teniendo en cuenta lo que había visto, lo que él me había dicho y que eran escasas las consultas que podíamos tener, creía haber encontrado una dirección por la cual seguir.
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