Un corazón roto que buscaba la paz

28 15 2
                                    

Hay personas que en el fondo de su conciencia no entienden el valor de las personas que los rodean, ya sean sus familiares, amigos, o simplemente sus propias parejas.

Nunca pensé que en ese pequeño cuerpo podía acabar tanto odio y desprecio hacia las personas y los animales.

A simple vista parecía un chico cariñoso, amable y de buen corazón, que amaba a los animales las personas y el arte. Dicen que una persona con el corazón roto es igual a una bestia hambrienta, que haría lo que fuera para saciar su hambre o dolor.

El corazón humano es tan simple y vulnerable que con solo tocarlo puede cambiar, ya sea para bien, o para mal. Para dar amor o para hacer daño, y nunca pensé que lo que me tocaría a mí era mucho sufrimiento y dolor

Estando en la escuela vi pasar al chico que me había roto el corazón, ya habían pasado tres meses, él se veía tan alegre tan fresco, y yo tan triste y tan rota. Me quedé observando como él saludaba a un amigo que se encontraba enfrente mío y yo tratando de aguantar las ganas de llorar por verlo ahí.

En realidad no sabía si él solo quería ver lo destrozada que me había dejado o si de verdad se arrepentía de su decisión y buscaba la forma de acercarse.

A pesar del tiempo que había pasado yo aún tenía la herida abierta y a pesar de que dije que ya no me importaba aún moría de celos y rabia con una chica se le acercaba. Pasé un tiempo buscando a alguien que me ayudara a olvidar esa mala experiencia y me enseñara amar de nuevo.

Sin embargo, eso nunca pasó, me sentía tan frustrada al ver que él ya me había superado y cambiado por alguien más y yo todavía estaba en una etapa de duelo.

El odio que había dentro de mí crecía cada día más, quería verlo sufrir y arrepentirse de su decisión, quería verlo llorar, verlo pedir perdón, pero yo no era así, yo no era como él que busco en mí la venganza que él no pudo tener con sus anteriores parejas.

Decidí dejar un lado el odio que me movía y y que le quería hacer daño, hoy en día digo que la mejor decisión que pude haber tomado fue enfocarme en mí misma, aprender a amar mi cuerpo tal y como es.

A mejorar mi confianza como mujer y no darle importancia a quien no se lo merecía, pero secretamente en lo más profundo de mi alma y corazón quería ver su reacción al verme de la mano de alguien más, porque después de todo yo solo era una persona con un corazón roto que buscaba la paz.

No se olviden de votar, comentar y recomendar a amigos, espero que les haya gustado este capítulo. Sin más que decir me despido.

Sayonara

El diario de Ana Becker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora