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──¡Oh, jodeeer! ──gritó Sana clavando sus uñas sobre la desnuda espalda de Tzuyu.
La más alta se encontraba sobre ella embistiéndola profundo y duro.
No es como si desde un primer instante haya entrado en ella como una bestia, pues fue considerada del tamaño y grosor de su dote y me metió en Sana con suavidad buscando la comodidad de la mayor, al menos sabiendo esta sería su primera vez y su polla no sería lo mismo que tener un par de dedos follándole el coño.
Cuando esta se acostumbró fue donde Tzuyu supo que iba a descontrolarse. Y dos pasos al futuro la tenemos aquí, moviendo sus caderas en un vaivén llenó de frenesí, con la espalda llena de arañazos y que ardía al contacto del salado de su sudor. Sana invadiendo la habitación con sus agudos gemidos, los jadeos roncos de Tzuyu y sus párpados cerrados. El choque de sus pieles toparse en cada embestida era el plus perfecto para todo lo que aquella pieza estaba guardando en un futuro recuerdo.
──Puta madre Sana, me estás apretando tan delicioso. ──jadeó la taiwanesa. ──¿te gusta como te estoy follando? ¡dímelo! ──pidió tomando con más fuerza las caderas de su novia. Y Sana chillo al sentir su piel arder con el brusco toque.
──¡S-sí! Me encanta como me estás follando, n-no te detengas, por favor~
En un rápido movimiento del cuál ni siquiera San se dio cuenta, Tzuyu la había volteado quedando de espaldas. ──venga, levanta más el culo, mi amor. ──Sana no puso dudas, solo se limitaba a obedecer, levantado más su trasero y dejando su torso aún recostado sobre el colchón. Dios, las sábanas estaban hechas un desastre con todo el movimiento ejercido, pero le restaba importancia. Mordió su dedo índice a la espera de su novia, quien no hizo esperar. Se masturbó un poco estimulando más su pene antes de pasarlo por toda la mojada zona de su novia lubricando en el proceso, finalmente entrando.
Debido a la nueva posición, la sensación interna de la polla de la taiwanesa dentro suyo se sintió diferente y placentera, Sana cerró sus ojos y dejó escapar un pesado gemido. ──oh, Tzuyu~
Tzuyu pegó una nalgada a su mayor robándole un agudo grito, y así volvió a su maratón de embestidas, alimentando con más fuerza la calentura de ambos cuerpos y su éxtasis.
Los minutos y segundos pasaban, donde cada gota de sudor caía finamente por todo el cuerpo de las extranjeras y sus respiraciones eran cada vez más escasas.
La entrada de Sana comenzaba a apretarle el pene a Tzuyu, y pudo sentir con más claridad como este palpitaba en su interior, la menor supo de inmediato que estaba por tener un orgasmo, y le ponía feliz saber que ella también iba por el mismo camino. En un impulso agarró con más fuerza sus caderas y ejerció más rapidez en sus estocadas, cavando más profundo dentro del coño de su novia.
──Oh, cielo santo~ ──jadeó Sana con esa acción. ──me estoy por correr.
──Hazlo, córrete en mi polla, necesito llenarte de mí.
Bastó con unos cuantos movimientos para que Sana soltase un gemido apuntando a chillido y que soltara sus fluidos empapando la polla de Tzuyu, quien a su vez no se hizo esperar, el rasposo gruñido emitido desde su garganta fue la señal de su tan ansiado clímax, corriéndose dentro de su mayor.
──¡Oh, mierda! ──maldijo saliendo por completo de dentro de Minatozaki, estilando un delgado hilo de semen que se había juntado con el espeso fluido de su mayor.
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