Se removió a lo ancho de su cama y comenzó a tomar conocimiento de sus brazos y piernas. Gimió estirándose y esbozó un largo bostezo. Al abrir sus ojos se encontró con un techo blanco con ligeras manchas de humedad en el. Al levantarse y hacer su desayuno echó en cuenta que era sábado y debía buscar el desfile de su novio.
Su novio había desaparecido una noche de esas en las que una pelea se había descontrolado y la había dejado sola en casa. Sintió una lagrima solitaria deslizarse por su mejilla izquierda y la limpió inmediatamente. Si tan solo no hubieran peleado, no estaría en esa situación. Terminó su hora de desayuno, se bañó, cambió y salió por suplementos al mercadito que se encontraba a pocas cuadras de su departamento.
Llevaba poco tiempo caminando cuando lo vio. A su novio. Corrió tras la figura, y se preguntó por qué llevaba esa ropa tradicional blanca y el ropaje púrpura que llevaba sobre el mismo. Caminaba rápido y tuvo que correr para alcanzarlo. Al llegar hasta él, jaló su brazo y se encontró enfrente a su novio pero con una línea cruzando su nariz y unas marcadas ojeras rodeando sus ojos.
-Amor, ¿qué te pasó? - Él giró su cabeza, como si no comprendiera o incluso la conociera. - ¿Estás bien?
Choso por su parte, luego de algunos segundos comprendió que ella era alguien que la persona que el cuerpo que poseía conocía. La mujer enterró su rostro en su pecho y le rodeo en un abrazo. Su instinto hizo que la alejara de él y saliera de ahí pero la chica lo jaloneo entre sus brazos y dejó que lo llevara con ella, total sintió que debía algo de lo que Mahito había provocado. Se sintió así desde el momento que la maldición humana les llamó y deshecho la vida de Kechizu y Esou como si nada junto a Noritoshi Kamo, y tal vez porque no los quería ver acceder a seguirla ya sin ningún entorpecimiento en su caminar.
Entraron en un complejo de apartamentos y esperaron el ascensor que no tardó en llegar al piso. Ya dentro del mismo, ella se acomodó nuevamente en su pecho y dejó su oído sobre su corazón, este latía más lentamente que un humano normal, incluso si tomaran sus signos vitales serían casi imperceptibles. Las puertas se abrieron en el quinto piso y giraron a la derecha hacia el apartamento 503 en donde ella abrió la cerradura y entró a una pequeña sala de color blanco. Su vista se desvió hacia los papeles impresos con su rostro, sin la marca de su nariz y con el cabello anudado en una coleta baja.-No. - Se calló por un momento largo y regresó con una rebanada de pan con mermelada de fresa y un vaso de jugo. Suspiré, realmente no necesitaba comer pero lo podía hacer si quería y además, era gratis.
Se sintió plenamente feliz, finalmente lo había encontrado después de tanto tiempo, y sintió que había cambiado de cierta forma, pero era él al fin de cuentas. Las ansias de saber dónde había estado carcomían su ser, ¿por qué tenía esa marca en su nariz, esa ropa y esas coletas?, ya lo preguntaría después.
-Se terminó.
-¿Deseas más?- Él negoció, y se removió en el sillón ligeramente incómodo. Tal vez estaba siendo muy intrusiva. - Deberías tomar un baño. - Se levantó recogiendo el plato y vaso. - Deja tu ropa en la canasta fuera, ira a la lavandería.
Su novio ascendió y se encaminó hacia el baño. Luego de unos minutos, después de buscar algo cómodo para él, es decir, un pantalón de algodón negro, llevó la ropa a la lavadora e inició el ciclo de lavado de la misma.
Lentamente se deslizó por la puerta del baño, el agua de la regadera aún se escuchaba y en silencio retiró su ropa, la dobló y dejó a un lado. Entró en la ducha y se encontró con la espalda de su novio. Notó unas notorias cicatrices cruzando su espalda y colocando sus manos en la misma, besó su espalda con amor y abrazó por detrás la delgada cintura del pelinegro hasta pegar su pecho a los huesos de la misma. Subió sus manos delicadamente a su pecho esculpido y las dejó ahí por un momento intento sentir su corazón con las mismas presionando su pecho. Él retiró sus manos con delicadeza y giró su cuerpo hasta estar frente a la chica desnuda.
-¿Quieres que limpie tu cuerpo? - Él ascendió y susurró un ligero "si". La pastilla de jabón llenó de espuma su mano y la restregó en su cuerpo cincelado. Comenzó con su cuello, lo acarició con delicadeza y delineo con sus dedos la vena carótida que salteaba de su cuello, restregó ambas manos en su pecho ancho y fornido, acarició con sus pulgares los pezones duros del pelinegro. Sonrió con picardía y bajó hasta su abdomen definido. Remarcó cada musculo con suavidad y tortuosa lentitud. Reclinó sus rodillas bajando hasta quedar frente a su parte baja, delineó las líneas de la pelvis hacia el principio de su cabello negro; bajó, bajó y bajó hasta llegar a la punta de su miembro y lo acarició con suavidad. Este comenzó a erguirse con alegría. Siguió acariciando con gentileza, de la punta, a través de la longitud y dando un pequeño descanso en la base. Soltó un jadeo y ella se hincó completamente. Periféricamente vislumbró la mano masculina en el azulejo de la ducha sosteniendo su gran cuerpo. Sonrió y acarició fervientemente su pene con una de sus manos y la otra bajó a sus testículos para acariciarlos con suavidad. Jadeó fuertemente y de un momento a otro lo colocó en su boca caliente. Comenzó zambullendo su duro miembro hasta su tráquea, gorgoteando con dificultad y dejando salir lentamente hasta sus labios para comenzar a lamer el líquido de su glándula con desesperación, sedienta. Levantó su vista y desafió esos ojos oscuros que le miraban con dureza y lujuria contenida hasta que una dura y fuerte mano se enredó en su cabello y le obligó a seguir chupando y jalando su longitud.
Los jadeos resonaban por la ducha, y la dura cadera chocaba contra su boca. Cuando sintió el clímax de su novio, se detuvo.
Continuamos en la cama.Ambos salieron rápidamente y se instalaron sobre el colchón. Ella con ambas piernas rodeando la cadera del azabache, rozando su vulva con su pene erecto, y sus labios alternando entre sus labios fríos y su cuello. Sintió un fuerte agarre en sus pechos, era él cogiendo sus blandos pechos en ambas manos. Amasó ambos con curiosidad y lujuria. Ella se inclinó y llevó una de sus manos a sus muslos fornidos moviendo su cadera lento pero fuertemente contra él. Sus gemidos se alternaron con jadeos cuando chupó, lamió y mordió sus duros y sensibles pezones. Amasó una y acarició la punta de su pezón con su pulgar y la otra la lamió con su incesante boca. Ella, rápidamente levantó su cadera y precipitadamente enterró su miembro en sus entradas calientes. Ambos jadearon fuertemente. Extrañaba esa sensación con él y comenzó a mover su cadera hacia arriba y abajo con un ritmo lento. La mano del pelinegro se encontraba en su cadera acariciando de arriba hacia su cintura y sus pechos y nuevamente bajaba a su cadera. Comenzó su vaivén frenético, empujando al hombre hacia atrás. Sus pechos danzaban sobre el pecho desnudo de su novio y sus manos se clavaron ahí mismo, soportando su duro ritmo. Las respiraciones de ambos aumentaron pero ella se detuvo nuevamente antes de terminar.
-Última vez. - Dijo cuándo el chico hizo una mueca.
Dejó que se sentara cómodamente y decidió complacerlo con otra vista. Se colocó frente a él y encajó su pelvis. Dejando su trasero a la vista e insertó nuevamente su miembro caliente hasta dentro y comenzó un vaivén lento y delicioso. Gimió sintiendo la cadera de su amante estrellarse contra ella e inició rápido nuevamente, los jadeos no se hicieron esperar, sintió su vientre contraerse levemente sintiendo que su orgasmo estaba cerca.
-Amor, e-estoy por. - No terminó su oración cuando sorpresivamente su cuerpo se inclinó porque el azabache se hincó y comenzó a estrellar su dura pelvis contra sus regordetas nalgas. Gimió y jadeo sin poder hablar correctamente. Sintió sus manos duras en sus caderas aumentando el vaivén. Su vientre se contrajo y ordeñó el duro pene dentro de ella. El sonido y el olor característicos aumentan su éxtasis.
El cuerpo masculino y fornido se inclinó sobre ella aumentando el ritmo y ella aumentó las contracciones de su interior hasta que tras un duro jadeo se corrió y relajó su cuerpo sintiendo que el fuerte cuerpo la sostenía, aun penetrándola con determinación.
Las penetraciones continuaron firmes hasta que su interior se llenó de semen y se desbordó por sus labios hacia el colchón. Él se echó hacia atrás tras terminar para evitar aplastarla y tras unas respiraciones de alivió, la recibió en su pecho. - Te amo.- Dijo acariciando su dulce rostro. La línea que cruzaba su nariz y sus labios suaves. Le dio un dulce besó en los mismos y cayó dormida.Choso buscó sus coletas que había dejado en la mesa de noche e hizo dos moños en su cabello. Evaluó que la mujer se encontraba completamente dormida y se deslizó fuera de sus brazos colocando una almohada en su lugar. Suspensó y salió del departamento.
Eran las 23:11 de la noche cuando una figura varonil se vio transitar y desaparecer entre callejones y avenidas solitarias de la gran ciudad. Dispuesto a no regresar a ese lugar.
Ya que eso que ella había vivido era mejor que se utilizara como un espejismo que como una cruel realidad.
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jujutsu kaisen;oneshorts
FanfictionPequeños hedcanons de los personajes de jujutsu kaisen💗 Los personajes no me pertenecen créditos asu autor@💞 Actualizaciónes > miércoles, viernes y sábado <³