La teoria de amarte.

Capitulo 8

Bosco.

Nos encontrabamos en el barrio de los roble.

Si me roban algo, voy a culpar a mi papá.

Me vi obligado a venir a este lugar...

Humilde se podría decir.

Al llegar la abuela de pedro pablo fue quien nos abrio sonriendo.

Quise tambien sonreir, pero no. Solo hice mala cara, en lo personal siempre tenía mi cara así.

–Bueno no les voy a quitar mucho tiempo. Me gustaria hablar de frente con paz.– hablo rompiendo el silencio que se habia formado.

Habia mucha tensión, y siendo sincero me andaba mucho del baño. Se que no tenia nada que ver, pero me urgía ir.

Y esto hacía que diera pequeños saltos, tratando de aguantarme.

Todos nos volvimos a quedar en un silencio demasiado incomodo, mientras cada uno se miraba.

–Hola, ¿Que tal? Buenos días don esteban. Gala, bosco, eder que sorpresa tenerlos aqui en mi casa.

–Mamita ya puedes pasar al baño andale.– dijo notandose nerviosa.

¡Ay! Yo tambien necesito ir, pero prefiero aguantarme, seria arriesgado si me saliera una cucaracha.

–Paz, queria aclarar varios puntos con usted. ¿Por qué abandono su puesto sin antes consultarte?

Mire a pedro pablo, que se notaba muy nervioso, casi que estaba apunto de desmayarse.

–Hay varios miembros de su familia que podrian estar involucrados

Nadie dijo nada, y ahora mi hermano eder fue quien rompió el silencio

–Esta perrita esta muy bonita paz, ¿Cómo se llama?

–Se llama cobija, eder.– contesto paz con una sonrisa.

–Paz, bosco me dijo que pedro pablo entro a la cocina sin algun tipo de supervisición

Y bueno, ya lo dijo. Todos me veían y el tambien, parecía que quería matarme.

Aún seguia moviendome tratando de controlarme.

–Ya estuve revisando los videos de seguridad y no ví nada, ¿Ustedes vieron algo?– pregunto seriamente

–Yo lo caché husmeando en la bibloteca.–hable casi gritando.– Obviamente estaba en un angulo que las camaras no podían ver. Es más de seguro es lo hizo en la cocina. Ahi pudo manipular la copa y los hielos.

¿Por qué nadie dice nada? Me miran como si estuviera loco. Sera por que llevo media hora dando saltitos intentando controlarme o por lo que dije?

–Pedro pablo nunca haría algo así.– dijo su tia defendiendolo

–Si, a ver mi niño seria incapaz, no se mete con nadie, fijate.– ahora su mamá era quien lo defendía

–Pues cuando yo le pregunte que, que hacía se puso muy nervioso. Pero no te preocupes vamos a ver que dice la policía cuando te lleve.

Todos empezaron a quejarse.

El empezo gritar y yo igual, mi padre me tomo del brazo, para no acercarme más.

–A ver, ¿Y por qué no dices que tu quisiste matarme?–

–¿Qué?– grito mi papá

–Si, no le contaste a tu papi. ¿Que me pusiste una espada en la cara o que bosco?

Ahora creo que van a matarme a mí. Pero bueno, estaba exagerando un poco.

–Eso es verdad, bosco?– dijo mi papá dirigiéndose a mí