Pedro García era un joven común de Ciudad de México. Trabajaba como ingeniero en una empresa de telecomunicaciones y, aunque disfrutaba de su trabajo, sentía que algo le faltaba en la vida. Un viernes por la tarde, después de una larga semana laboral, decidió visitar una tienda de antigüedades en el centro histórico. Había escuchado rumores de que esa tienda tenía objetos únicos y misteriosos.
La tienda, llamada "Reliquias del Tiempo", era un lugar pequeño y oscuro, lleno de estanterías abarrotadas de todo tipo de objetos antiguos. Pedro paseaba entre los pasillos cuando una estatua peculiar captó su atención. Era una figura tallada en piedra, representando a un guerrero con una expresión estoica.
Pedro extendió la mano para tocar la estatua, intrigado por su detalle. En el momento en que sus dedos rozaron la fría superficie, sintió una sacudida eléctrica recorrer su cuerpo. El mundo a su alrededor comenzó a girar y distorsionarse. Antes de que pudiera reaccionar, todo se volvió negro.
Cuando Pedro recuperó la conciencia, se encontró tumbado en un campo verde bajo un cielo azul cristalino. A su alrededor había un paisaje que nunca había visto antes: montañas lejanas, un bosque frondoso y un río serpenteante. Desorientado, se puso de pie y miró a su alrededor, tratando de comprender qué había sucedido.
Mientras caminaba, Pedro escuchó el sonido de pasos ligeros acercándose. Giró y vio a una joven con cabello largo y plateado y ojos violetas brillantes. La joven, vestida con ropas de cuero y una capa, se detuvo frente a él y lo observó con curiosidad.
—¿Eres tú el guerrero de la profecía? —preguntó con una voz melodiosa.
Pedro, confundido, respondió:
—No sé de qué hablas. Solo sé que estaba en mi ciudad y, de repente, estoy aquí.
La joven se presentó como Aria y le explicó que estaba en el reino de Noria. Según ella, una antigua profecía hablaba de un guerrero de otro mundo que vendría a salvar Noria de una gran amenaza. Aunque escéptico, Pedro decidió seguir a Aria para obtener más respuestas.
Aria llevó a Pedro a una pequeña aldea donde fue presentado a los líderes del pueblo. Le explicaron que Noria estaba siendo amenazada por un señor oscuro llamado Kael, quien buscaba sumir el reino en la oscuridad utilizando magia prohibida. Según la profecía, solo un guerrero de otro mundo podría detenerlo.
Aunque Pedro aún no comprendía completamente su papel en todo esto, comenzó a darse cuenta de que no era una coincidencia que estuviera allí. Decidió aceptar la misión y aprender más sobre el mundo de Noria y su magia.
El primer paso en su viaje era aprender a defenderse. Aria y otros guerreros del pueblo comenzaron a entrenarlo en el uso de armas y magia básica. Aunque el camino por delante era incierto, Pedro sintió una chispa de emoción y propósito que nunca había experimentado antes.
Mientras el sol se ponía sobre el horizonte de Noria, Pedro se preparó para enfrentar los desafíos que le esperaban, decidido a descubrir su destino en este mundo nuevo y extraño.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Lo prometido es deuda ya les traje otra historia para esta hermosa familia