Prólogo

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Un nuevo episodio de mi vida ha comenzado.

Siempre he tenido un gran amor por la naturaleza, entonces comencé a cultivar mi propia comida para no depender de nadie.

Vivo cerca de Malibú. Tengo una casa en medio de las montañas en donde he vivido desde hace diez años sin ningún contacto con nadie, bueno, solo con personas cercanas.

— ¡Chuuya, las gallinas ya pusieron huevos!

Kenji suele venir cada cierto tiempo a ayudarme con mis cultivos, no soy experto, así que el me ayuda a saber que necesita cada vegetal, así como los animales.

No ha pasado nada interesante en mi vida, solo he ido a la ciudad una vez. Fue hace dos años en la boda de Ryu y Atsushi, no hubo muchas personas, por lo que me sentí seguro.

He comenzado a salir con Fyodor desde hace unos dos años, es un novio realmente atento y cariñoso conmigo. El tiene una empresa de farmacéuticos, por lo que cada cierto tiempo va a la ciudad para inspeccionarla, pero vive conmigo aislado.

Si, el proceso de superación fue difícil, pero sin iniciativa nada prospera. Tuve la suerte de que Fyodor nunca me dejó solo y me apoyó en absolutamente todo, realmente lo adoro.

— Bebé, mañana iré a la ciudad. — Fyodor se acercó y me dio un beso en los labios mientras se sentaba al lado mío. Ambos mirábamos como Kenji recolectaba los huevos que habían puesto las gallinas esa mañana. — Hubo un problema con unas ganancias y debo ir a ver quién es.

— Fyo. — Le llamé.

— ¿Qué sucede? — Me miró.

— ¿Puedo acompañarte? — Pregunté.

El rostro de mi novio cambió de golpe, estaba sorprendido. Unos segundos después su mirada de suavizó y me abrazó con cariño, asintiendo muchas veces.

El atardecer estaba llegando y siempre tuve la fortuna que desde mi hogar se veía una cuesta de sol hermosa. Fyodor se recostó sobre mi regazo y ambos vimos como el sol se ocultaba, solo estaba la compañía del otro, ambos amándonos un día más.

Kenji se fue unos minutos después, dejándonos solos. Lo habíamos invitado a cenar, pero tenía cosas que hacer, entonces lo despedimos en la entrada de mi hogar.

Comencé a preparar la cena con calma y mucho amor, pues estaríamos unos días fuera. Dejaríamos a un señor encargado de nuestros cultivos y animales, pues si esto se alargaba no quería que se quedaran descuidados.

— Amor~ — Fyodor canturreaba desde el sofá. Se escuchaba aburrido.

— Dime. — Le respondí mientras me alejaba un poco del horno. Recién había metido la lasaña.

— Estoy muy solito aquí.. ven y hazme compañía. — Me reclamó.

Me retiré el delantal y mire la barra de la cocina para ver si había algo más que limpiar, pero Fyodor me sorprendió cargándome por detrás y llevándome al sillón con el. Estuvimos un rato abrazando su dándonos cariño. Era una rutina diaria ya que a mi novio le agarraban ataques de amor, era como un perrito, un lindo perrito.

 Era una rutina diaria ya que a mi novio le agarraban ataques de amor, era como un perrito, un lindo perrito

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Caso A5158 Part. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora