El viejo gruñón
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•El quince de mayo en las calles limpias de Skyville, el ambiente cálido y fresco hacia que las caminatas sean placenteras; los relojes dando las trece y el viento danzanba hacia sus rostros. Caminaba sumergido en la música de mis auriculares, no podía estar más tranquilo, hoy ayudaria a mi madre con una entrega. No era nada fuera de lo común.. Claro si no fuera por que mi padre me mando caminando y no me dio su auto, y peor que me manda con alguien al cual detesto.
El señor Abrahan es un viejo cuarentón solitario con cara de que siempre está oliendo miarda, su pelo negro parecía un nido de cuervos y ni hablar de su desagradable personalidad. El hoy a pedido dos platos para que se lo llevasen.
Pidió un plato de Spaghetti Al pesto Genovese, este es plato que desde que tengo memoria, el señor Abraham siempre ha pedido sin excepción alguna. Pero como dije pidió otro, un Gnocchi... No se pero tengo mis ideas de que uno: se le antojo comer algo nuevo, y dos: qué hoy tiene compañía... <<lo dudo, pero no hay que descartar esa idea>>
Solo me quedaba llegar hasta su casa para responder mis dudas.
Mi teléfono comenzó a sonar, es mi madre
—dime ma —dije al responder su llamada
—¿por donde estas? —pregunto
—estoy por la calle cuatro ¿por que? —dije
—el señor Abraham llamo. Quiere que te apresures, dice que necesita la comida cuanto antes
—¡carajo! —exclamé —ese viejo tiene una cita
—¡Esa boca niño!..no seas metido y apresurate —levanto la voz mamá
—lo siento. Iré rápido
Colgué, mi madre a veces suele ser muy escandalosa.
A présure mi paso.
[. . .]
Llegue después de cinco minutos, eso que corrí con todos mis fuerzas, claro sin dejar que la comida se dañe. Camine hasta su entrada, la cual por cierto, raramente esta arreglada. Su reja esta pintada de verde... Toda su facha ahora luce como nueva, esto es raro.
Solo es tocar el timbre, que Abraham abra, después entregar su pedido... Si solo eso.
Toque el timbre dos veces hasta que escuche pasos pesados. Abraham abrió y con su típica expresión de estar odiando la vida, me miró.
—pedí que llegara rápido Adriano —de forma seria hablo
—claro —conteste de igual forma
Me miro de pies a cabeza de manera despectiva. En el no era raro, siempre a tenido es personalidad despectiva y horrenda. No era raro que el y yo hayamos tenido rozes de palabras.
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El ESPACIO DE UNA MARIPOSA - • [ Libro uno ]
Teen FictionA través de los ojos de quienes la desean, ella se revela como un alma soñadora, cuyo silencio habla más fuerte que las palabras. Su mundo de acuarelas y gatos, ellos se encuentran perdidos, anhelando descifrar el lenguaje único de su corazón. Pero...