5. Una mujer

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—Dime, padre —la castaña trataba de ocultar los nervios en su voz.

—¿Qué hacías en la habitación de la sirvienta? —su tono de voz era firme.

—No me sentía bien, así que vine con Giselle a platicar un poco.

—Eso es extraño de tu parte —dijo su padre dudoso— Como sea, no es que me importe. De lo que quiero hablar contigo es sobre Minjeong.

—¿Minjeong? —preguntó Jimin aún nerviosa.

—Las dos veces que la hemos visto ha estado muy unida a ti, parece que le agradas mucho, lo que es raro, ella es una joven muy elegante. De todos modos, supongo que es porque eres una chica, debe ser tímida al acercarse a Doyoung—el señor Yu suspiró— ruego a Dios no arrepentirme de esto... tendrás que ayudarnos.

—¿Con qué?

—Sé que aún no entiendes que este compromiso es importante, Jimin. La señorita Kim muestra más interés en ti que en su prometido. Por lo tanto, tu deber como futura cuñada es hablarle bien de tu hermano, hacer que se muestra más accesible con él.

—Tal vez no está interesada y ya —dijo la joven, despertando molestia en su padre.

—Escúchame, Yu —dijo el patriarca acercándose al rostro de su hija— lo mejor para ti es que hagas que Minjeong se haga cercana a Doyoung, no me importa si está interesada o no, lograrás que sea más unida a tu hermano, o yo me encargaré de que no vuelvas a hablar con ella.

La joven podía sentir cómo su padre escupía aquella amenaza, ese aliento con olor a cigarro chocaba en el rostro de ella y los ojos fríos de él la miraban fijamente. Jimin estaba acostumbrada a las amenazas, no era algo nuevo para ella, pero al escuchar esas palabras, la simple idea de estar lejos de Minjeong le partía el corazón.

—De acuerdo, lo haré —dijo la chica alejándose del rostro de su padre.

—Es la futura esposa de tu hermano, la futura señora Yu. Jamás olvides eso —agregó el señor Yu con seriedad, aun mirando a su hija. Jimin no respondió, pero aquellas palabras la hacían sentir que su padre sospechaba algo.

—¿Eso era todo lo que tenías que decirme, padre? —dijo la menor tranquilamente.

—Iré con Dongyoung un par de semanas a Ulsan, arreglaremos unos asuntos con el negocio, si ves a Minjeong en ese lapso, ya sabes qué hacer —le respondió Sehun antes de marcharse.

La castaña sabía a lo que su padre iría a Ulsan, era un pueblo pequeño, más que Suwon, quedaba a 4 horas, sin embargo, la fama de aquel lugar era por sus negocios controversiales. La prostitución y juegos de azar abundaban en aquel lugar, su padre siempre tenía la costumbre de irse a divertir por unos días, y cuando Doyoung cumplió 15 años, lo volvió su acompañante fiel. No era novedad que los hombres Yu viajaran cada cierto tiempo a aquel pueblo.

Jimin se quedó sola en el pasillo, se mantuvo en silencio un par de minutos, y se dirigió hacia su habitación. Entonces se dio cuenta de la realidad, a ella le agradaban las chicas, y empezaba a tener sentimientos por Minjeong, de seguir así terminaría enamorada de alguien totalmente imposible.

Su padre tenía razón, Minjeong en pocos meses sería la esposa de su hermano, y en unos años, la madre de sus sobrinos. Ella solamente seguiría siendo Jimin. Ahora mismo sentía un dolor que no podía explicar, la misma emoción que había sentido al imaginarse besando los labios de la rubia, ahora la hundía en una cruel realidad.

Llegando a su habitación tomó el dibujo de los labios de Minjeong, los miró unos segundos, se acostó en la cama llorando mientras apretaba con fuerza el dibujo en su pecho. Ella se estaba volviendo de Minjeong, pero la rubia pertenecía a alguien más.

The Reason | WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora