𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎

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El auditorio del Colegio San Salesiano estaba lleno de padres emocionados y estudiantes nerviosos. Era la ceremonia de graduación de la promoción de los chicos de secundaria y el ambiente estaba cargado de expectativa y muchas emociones. Globos dorados y plateados colgaban del techo,había confeti por todas partes, mesas decoradas, bares de dulces, golosinas y consumo para adultos, luces que harían más mágica la noche y pancartas con mensajes de felicitación que adornaban las paredes. Una larga alfombra roja conducía hasta el escenario, donde un gran letrero anunciaba con letras brillantes: "¡Felicidades, Graduados!" todo tematizado a elección de los estudiantes e instalado con los estudiantes de preparatoria.

Altagracia observaba desde el fondo del salón, revisando mentalmente el programa. Como directora del colegio, había trabajado incansablemente para asegurarse de que todo saliera perfecto esa noche. Vestía un elegante vestido rojo escarlata que caía con gracia hasta sus tobillos con una abertura en la pierna derecha y complementado con joyería dorada. Su cabello, estaba peinado con ondas que caían en su espalda desnuda dejando ver la melena rubia y su maquillaje delicado con sombras que hacían relucir sus ojos verdes,esos ojos verdes que hipnotizaban a cualquiera,labios rojos que la hacían lucir una mujer elegantemente sofisticada y sensual.

Mientras los alumnos y padres de familia tomaban asiento, Altagracia notó la llegada tardía de un hombre alto y bien vestido. Al verlo, su corazón dio un vuelco, era...José Luis Navarrete. Han pasado años desde que se vieron por última vez. Años desde que sus caminos se separaron abruptamente, dejándola con recuerdos de un amor que nunca había logrado olvidar del todo.

José Luis entró al auditorio con paso firme, buscando a su hijo, Martin, entre la multitud de estudiantes. Llevaba un traje negro impecable, con una corbata gris que resaltaba sus ojos enigmáticos oscuros. Su cabello, negro azabache perfectamente peinado, le daba un aire de madurez y elegancia. Sus ojos vagaron por el salón hasta que se encontraron con los de Altagracia. El reconocimiento fue instantáneo, y por un momento, el tiempo pareció detenerse en ese mismo instante. Ambos se miraron, recordando en silencio todo lo que habían vivido juntos y lo que habían perdido.

Altagracia nerviosa, recuperó la compostura rápidamente y se dirigió al escenario para dar inicio a la ceremonia. Su voz, firme y cálida, además de coqueta naturalmente resonó en el auditorio mientras daba la bienvenida a todos los presentes y felicitaba a los graduados por su esfuerzo y dedicación. Durante su discurso, no pudo evitar mirar a José Luis de vez en cuando, quien seguía observándola con una mezcla de sorpresa y admiración.

Después de la ceremonia, mientras los estudiantes celebraban con sus familias y amigos, Altagracia se dirigió a su oficina para tomar un respiro. Sabía que tarde o temprano tendría que hablar con José Luis, pero necesitaba un momento para ordenar sus pensamientos, verlo de nuevo había hecho que resurgieran cosas que pensó que estaban muertas.

No pasó mucho tiempo antes de que escuchara un golpe suave en la puerta.
-¿Puedo pasar? -preguntó una voz familiar...era él.

Altagracia levantó la vista y vio a José Luis en el umbral.

Asintió, intentando ocultar los nervios que sentía-Claro, adelante -dijo, indicándole una silla frente a su escritorio.

José Luis entró y se sentó, mirándola con una sonrisa que no había cambiado con los años, su carisma y encanto fueron lo que hizo que se convirtiera en alguien muy especial en su vida - No puedo creer que seas tú -dijo él, rompiendo el hielo -.Nunca imaginé que volvería a verte, y menos aquí.

-La vida tiene formas curiosas de sorprendernos -respondió Altagracia-. ¿Cómo has estado, José Luis?-
-mencionó mostrándole una sonrisa alegre.

𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora