La vida en el dormitorio de la UA -HIATUS-

Capítulo 31: Parte II Capítulo 11: Primera Fecha

La tensión inexplicablemente llenó el aire. La cabina se transmogrificó en una caja claustrofóbica en lugar de un medio de transporte demasiado caro. Kyouka podía sentirse sofocada por la ansiedad y la inseguridad penetrando a la fuerza en sus pulmones. Miró hacia el asiento para ver la mano de Kaminari descansando despreocupadamente mientras miraba ociosamente por la ventana al tráfico que pasaba.

"Tal vez se siente tan incómodo con todo esto como yo. Sin embargo, no lo entiendo. Lo hemos hecho..THAT...Sin embargo, no puedo evitar sentirme súper ansioso. Ni siquiera puedo extender la mano y sostener su mano por el amor de Dios. Lo haré. Lo digo en serio. Respiraciones profundas Kyouka tenemos esto. Tres...two..one..."

Kaminari giró para echar un vistazo a Kyouka precisamente en el momento adecuado para atraparla mirando fijamente su mano. Kyouka movió los ojos hacia arriba solo para darse cuenta de que la estaba mirando con brillantes iris dorados que ella podía jurar que tenía una visión suave del calor. Su rostro comenzó a hervir a fuego lento con vergüenza cuando le dio una sonrisa dental con la que estaba demasiado familiarizada. Lo que ella no sabía era que estaba tan nervioso que no podía mirarse en su dirección general y verla tan nerviosa le aseguró que esto significaba tanto a ella como le hizo a él.

Kyouka miró por la ventana al tráfico para esconderse de las mejillas sonrojadas cuando sintió que su mano se enroscaba alrededor de la suya y sus dedos, en los que pasó demasiado tiempo pensando, entrelazándose con el suyo. Sintió un pequeño escape de sus bocas y oró para que no fuera audible, pero después de escucharlo reírse ligeramente, colgó la cabeza avergonzada.

"Sabes que ustedes dos podrían hacer un poco menos obvio que esta es su primera cita, ¿verdad?" El taxista intervino en su pequeña pantalla incómoda. Era un caballero mayor con un gran bigote blanco y llevaba un sombrero sobre lo que Kaminari especulaba con una calva lo suficientemente grande y brillante como para servir como un faro para los barcos perdidos mar.

"Recuerdo cuando conocí a mi esposa", comenzó el taxista. "Fue hace 43 años. Ella era quizás la mujer más hermosa que jamás había visto. Cabello castaño largo, hermosos ojos verdes y una risa que casi podría hacer que mi corazón se detenga. Ella era realmente algo. Ella era realmente algo hasta el punto de que ni siquiera tenía el descaro de hablar con ella durante un año completo después de haberla visto, pero estaba convencida de que ella era el amor de mi vida. Finalmente trabajé el coraje y le pregunté en una cita y hemos estado casados por 41 años."

"Esa es una dulce historia, señor", respondió Kyouka respetuosamente sin saber cómo reaccionar.

"Supongo que mi punto es, ustedes dos, si realmente tienen sentimientos el uno por el otro deben dejar los nervios atrás y ser ustedes mismos. Tuve la suerte de terminar con mi esposa, pero hasta el día de hoy lamento no haber tenido el coraje antes. Podríamos haber usado ese tiempo para hacer aún más buenos recuerdos. Aprecia lo que tienes frente a ti en este momento y no pierdas ese tiempo dando vueltas por ahí por temor a que las cosas salgan mal."

"Apreciamos a ese señor", asintió Kaminari y sonrió ligeramente.

"Espero que los jovencitos escuchen, pero estamos en su parada de todos modos, así que diviértanse."

Kaminari y Kyouka habían dividido el proyecto de ley, pero acordaron darle al hombre un poco más por ser tan amable y reflexivo. Déjelo a la sabiduría de un taxista anciano para aliviar cualquier ansiedad que los dos pudieran haber sentido. Con una respiración profunda, Kyouka extendió la mano y agarró la mano de su cita y los dos no pudieron evitar sonreírse el uno al otro.

"Nosotros?" Preguntó Kaminari, apenas conteniendo el vértigo detrás de su sonrisa.

"Lo haremos", respondió Kyouka con una sonrisa relajada en su rostro.