Poesía Heterodoxa

POESÍA XLVI

Si por esta discusión nuestra relación acaba, tu llorarás y yo reiré.

A ti te dirán -alguien más vendrá, existen hombres mejores- y a mi -otra raya más para el tigre campeón. El caso es que pasará el tiempo (ese que dicen que todo lo cura); y ni tú llorarás ni yo reiré. Solo estaremos en la penosa obligación de existir para no caer en la cobardía del sinsentido.

Quizás dentro de cinco años vuelvas a darle al mundo un vistazo de tu sonrisa y encuentres a alguien que te haga aparentemente feliz. En cinco años yo fumaré. -recordando lo mucho que lo detestas- Seré un escritor de renombre, un bohemio empedernido al que no le parecerá tan descabellada la idea de un adolescente promedio.

En poco más de nueve años me verás en alguna entrevista televisada internacionalmente -porque ¡claro! no estaremos en la misma nación- Hablaré de tí sin mencionar tu nombre ni dar indicios que te puedan delatar. ¡Eso sí! Te dolerá ver lo mucho o lo poco que he cambiado -no lo sé.

Comenzarás a discutir con tu esposo como lo hiciste conmigo o peor. Imagina que a él no le agrada que la sombra de tu escritor favorito te haga ser más feliz de lo que su cuerpo consigue. Se divorciarán digamos que por el bien de sus hijos. Todo, mientras yo huelo a nicotina y me juego la vida en la ruleta.

Quizás en treinta y siete años, después de haber intentado dar conmigo, escuches:

"Fallece escritor, a pocos meses de ganar un Nobel de Literatura" Seguidamente, mi nombre.

Conservo hasta entonces este escrito, siendo mi última voluntad que sea publicado en todo medio de comunicación existente. Tu callarás de la vergüenza y llorarás de nuevo por mi culpa -"Ni en muerte me dejas ser feliz, tonto" pensarás.

Quizás nadie sepa quién fuiste pero si que fuiste la razón.

Después de muchos años cuando ni tú ni yo existamos, se descubra la causa de mi desdicha. Tal vez seas más famosa por haber hecho que no aguantara más y acabara mi obra, que yo; por haber aguantado tanto y haber dejado un par de cuartillas y un libro de aventuras que nunca terminé.

Pero como te iba diciendo mi amor; al té no se le hecha tanto azúcar.

꧁𝕱𝖊𝖗𝖓𝖆𝖓𝖉𝖔 𝕰. 𝕮å𝖗𝖇𝖆𝖑𝖑𝖊𝖆🦋