Caminaba por las oscuras calles de la ciudad. No había nadie, pues eran altas horas de la madrugada.
Iba sola, sabiendo que me exponía al peligro de que me cruzase con ese monstruo que siempre rondaba por las calles cuando no había ni un alma. Estaba dispuesta a seguir caminando, aunque mis piernas no pudiesen más. Me moría de ganas por ver en persona a esa bestia de la que todo el mundo hablaba. Decían que a primera vista parecía una persona normal, un humano; pero, si te quedabas mirando fijamente a sus ojos verdes esmeralda, te hechizaba y llegaba a matarte, clavándote sus colmillos en tu cuello y absorbiendo toda tu sangre, llevándose tu alma y, así, dejándote sin ella, y tan seca como una pasa. También existía la posibilidad de que tu cuerpo aguantase sin alma, y convirtiéndote en uno más de ellos de ellos.
Mis piernas temblaban del frío, y mis labios rosados se encontraban de un color morado. Mi piel estaba pálida, mis dedos apenas los podía mover, estaban medio congelados. La nieve ya había dejado de caer, dejando así todos los techos de los coches y las casas con una capa fina blanca. En el suelo, se podían ver las marcas de mis pisadas al andar. Solo se oía el ruido de mis pisadas en la nieve y mi respiración. Todo estaba tranquilo, todo estaba en silencio.
A lo lejos pude divisar la sombra de una persona, un hombre. Traía sus manos metidas en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Se iba acercando poco a poco. Pude distinguir que iba vestido con unos vaqueros oscuros, deportivas, una chaqueta de cuero y un gorro negro de lana en la cabeza. Cada vez estábamos más cerca el uno del otro. Pase por su lado rozándole el brazo, pude notar como se paraba y se giraba detrás de mí; imite sus movimientos, quedando cara a cara. Le mire a los ojos, directamente, sin miedo alguno a lo que me podría pasar, estos tenían un color verde esmeralda hermoso, pero no me sentía hechizada. Eché una mirada rápida a sus labios, de los cueles salió una sonrisa comprensiva, de tristeza y emocional. Sus colmillos sobresalían mucho más que los de una persona normal, pero de un momento a otro desaparecieron, también así con el brillo de sus ojos dejándolos con un color verde claro. Se acercó a mí con pasos lentos y casi inaudibles, y me cogió de mis manos entrelazando estas con las suyas, produciendo así una especie de electricidad por todo mi cuerpo.
-Llevo buscándote una eternidad- Dijo mientras sus brazos rodeaban mis hombros formando así un abrazo. Su voz era mucho más grave de lo que me imaginaba, pero mi mente estaba tratando de comprender esas cuatro palabras que habían salido de su boca.
-Perdona, pero... Yo no te conozco, no sé quién eres- Dije apartándome unos centímetros de él, mirándole fijamente a los ojos
-Llevo dos años buscándote, debí suponer que cuando te encontrara no te acordarías de mí
-Quizás no me acuerde debido al accidente que tuve.
-No Lisa, no. No tuviste ningún accidente, te secuestraron y te borraron la memoria, desde entonces no he parado de buscarte- Y en ese momento, todos y cada uno de los recuerdos que no recordaba llegaron a mi mente. Recordé quién era él, quién era yo verdaderamente, de donde soy, a mi familia y amigos; y también, la sensación de ser fuerte y débil a la vez, y no poder evitar que me secuestrasen. Todos los recuerdos llegaron a mí uno a uno.
-Dios David, cuanto te he echado de menos- Dije abrazándole tan fuerte como podía. Le había extrañado, y mucho. Había extrañado sus abrazos, sus palabras, sus consejos de hermano mayor.
Todo este tiempo pensando que por ser un vampiro era una bestia, y todo porque no podía recordar que yo era uno más de ellos.
Todos esos recuerdos que había estado buscando durante estos dos últimos años habían llegado a mi gracias a las palabras de mi hermano, pero una pregunta rondaba por mi mente, ¿por qué Emma, mi compañera de piso y amiga me había dicho que tuve un accidente y no la verdad? Esa pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza, sin hallar respuesta alguna.
-David, ¿por qué Emma, mi compañera de piso y amiga me había dicho que tuve un accidente y no la verdad?
-No lo sé Lis, no lo sé, pero te prometo encontrar la respuesta. Ahora vente conmigo, hay una persona que te ha estado buscando tan desesperadamente como yo- Dijo pasando su brazo por mis hombros y empezando a caminar.
N/a: Bueno, esto es un one shoot, lo que significa que no continúa. Si os gusta comentar y votar.
Att: Luu