Aquella habitación de hospital estaba consumida por un sepulcral silencio. Los señores Itoshi temían decir una sola palabra en falso que pudiera hacer que la situación estallara, el pequeño Rin estaba sentado en la orilla de la cama con una expresión preocupada mirando a su Nii-chan, y este, el mayor de los hermanos Itoshi... Bueno, digamos que la palabra "frustrado" le quedaba pequeña en ese momento.—Me quiero matar. —Pronunció Sae, la única frase que describía a la perfección su sentir en ese momento era esa.
—No digas eso Nii-chan —dijo Rin en un intento de consolar a su hermano mayor, de poco sirvieron sus palabras—. Solo es una lesión y...
—¡No es solo una lesión! —exclamó Sae, llamado la atención de su padre, quien lo reprendió:
—Tampoco es necesario reaccionar así, sé que estás molesto, pero no te desquites con tu hermano.
Sae frunció todavía más el ceño y volteó a otra dirección mientras murmuraba algunas palabras, a su pequeño hermano no le importó su reacción agresiva y siguió intentando consolarlo.
—Los médicos dijeron que estarás bien después de una cirugía. —A Sae se le cayó el mundo cuando escuchó aquellas palabras, sabía que su hermanito no lo decía con mala intención, pero le dolió en lo más profundo de su ser tener que esperar tanto tiempo.
Entre los días que tendría que esperar para su dichosa cirugía, y el tiempo de reposo después de que esta haya sido ejecutada...
—Es mucho tiempo sin poder entrenar, no quiero pasar tantos días tirado en una cama —respondió Sae aún luciendo serio, pero con una pizca de preocupación en su tono, la cual no fue ignorada por nadie en esa habitación.
—No pasa nada hijo, eres muy talentoso —comentó su madre con una sonrisa cariñosa—. Un tiempo sin entrenar no será la gran cosa, tienes toda una vida por delante y mucho tiempo para mejorar.
—... ¿Y si me muero en la cirugía? —cuestionó el hermano mayor con un sarcasmo cruel, el cual fue tomado en serio por el menor.
—¿¡Eso puede pasar!? —cuestionó Rin sin poder controlar su sorpresa y miedo. Sae lo miró y colocó su mano en la cabeza del pequeño para acariciar su cabello y calmarlo.
—Por supuesto que no... Bueno, no lo sé, puede pasar cualquier cosa mientras no entreno —dijo Sae un poco más serio, acariciando el cabello de su hermano.
Aquellas palabras no convencieron a Rin, quien volteó preocupado hacia su madre, esperando escuchar algo que le diera la seguridad de que todo iba a estar bien.
—No te preocupes Rin, Sae se mejorará y podrán jugar de nuevo —dijo ella de manera convincente—. Además, así se dan un descanso del deporte, ustedes viven, comen y respiran fútbol.
—¡Mamá! —Las palabras de la mujer no le hicieron nada de gracia a Sae, quien estaba muy sensible gracias a la situación.
Ya en la noche, la familia Itoshi regresó a casa luego de que a Sae le hubieran dado de alta. El viaje de vuelta fue bastante tenso, pues Sae no dijo ni una sola palabra a pesar de la insistencia de sus seres queridos, estaba de muy mal humor.La llegada tampoco fue muy agradable, pero fue más tolerable, pues el niño al fin habló, aunque solo para quejarse.
—Ten cuidado, no me quiero dañar más la rodilla —advirtió Sae bastante serio, sujetándose fuertemente de su padre mientras este lo ayudaba a bajar del auto.
—Sí, sí. No cuesta nada que cooperes un poco —respondió el hombre con una sonrisa para ocultar su dolor, sentía como las uñas de su hijo perforaban la piel de su brazo—. No podré bajarte así.
—Es que no me quiero caer... —El miedo a lastimarse más estaba muy presente.
—¿Entonces quieres dormir en el auto?
—...
El pequeño Rin observaba todo desde la puerta recién abierta de la casa, su madre había entrado para encender las luces. Una vez el estacionamiento se iluminó, el menor observó claramente como su padre traía a su hermano cargado en brazos. Sae notó la mirada de Rin y se sonrojó mientras volteaba a otro lado.
—Esto es humillante... —susurró el hermano mayor sintiendo bastante vergüenza.
—Pero si fuiste tú quien no quiso caminar —reclamó su padre mientras entraba a la casa siendo seguido por su hijo menor—. Incluso te dieron unas muletas en el hospital.
—Sí, pero... —No le quedaban excusas, Sae solo suspiró con pesadez mientras se resignaba— Solo apresurate y bajame.
El hombre dejó al niño en una silla del comedor, rápidamente Rin se acercó a su hermano para tomar sus zapatos.
—Déjame ayudarte, Nii-chan —dijo el niño con una sonrisa tomando los zapatos de su hermano mayor para ir a dejarlos en la entrada de la casa.
Sae observó como su hermano menor era servicial con él por su condición, eso lo avergonzaba un poco, pero no podía quejarse. Se puso pensativo durante unos segundos sobre si eso era bueno o malo, aunque su atención volvió a dirigirse a Rin, que ya estaba regresando de la entrada con otros zapatos en sus manos, los que Sae solía usar dentro de casa.
—Aquí tienes —dijo Rin sonriente mientras le ponía los zapatos a su hermano, aunque el mayor intervino de inmediato.
—Eso puedo hacerlo solo, gracias Rin —interrumpió Sae para luego colocarse los zapatos por su cuenta, aunque no sabía si serían realmente necesarios ahora que se encontraba así.
—Bueno —dijo Rin con una sonrisa, lo entendía a la perfección, pero eso no lo detendría de seguir ayudando a su hermano—. Iré a buscar un tazón de agua para que te laves las manos y no te levantes, ¡ya regreso!
A Sae no le dio tiempo de intervenir de nuevo, Rin se dirigió bastante rápido al patio trasero de la casa para buscar lo que había dicho, puesto a que no alcanzaba la llave del lavadero de la cocina. El mayor de los hermanos suspiró, cuestionando si las cosas serían así por un largo periodo de tiempo, no era tentadora la idea de pasar sus días sin hacer nada y siendo atendido en su totalidad por su familia, y aunque fuera cómodo, no quería acostumbrarse.
Continuará
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¿Y si ya no pudieras jugar? - Itoshi brothers
Fanfiction-¿Qué harías? -No lo sé. -Exacto, sin fútbol no hay vida. -Creo que estás exagerando. -Claro que no. Y Sae confirmó en carne propia sus palabras cuando se lesionó la rodilla con una rotura de ligamentos cruzados. No podía creerlo. ~🌙🪐💫 Pequeño fa...