«Solo dos días, dos días. Debo soportarlo solo dos días»Finalmente le habían dado a la familia Itoshi una fecha exacta para llevar a cabo aquel procedimiento médico que necesitaba el hermano mayor, no faltaba tanto tiempo, pero cada segundo que pasaba era una completa tortura para Sae.
Lo único rescatable era que podía quedarse todo el día en casa sin hacer demasiado, aunque a la vez lo abrumaba la inmensa cantidad de atención que su hermanito le estaba dando. Sabía que Rin lo quería mucho, pero de verdad no esperaba que tanto.
—¡Nii-chan! —exclamó el menor para llamar la atención de su hermano— ¿Lo estoy haciendo bien?Sae, quien estaba sentado a la distancia en una banca bajo la sombra de un árbol, mirando con atención como Rin practicaba una y otra vez sus tiros y regates, no hizo más que asentir con la cabeza. No, no lo estaba haciendo bien, pero debía tragarse sus palabras, pues no se sentía capaz de explicarle que hacer sin tener que levantarse y darle un ejemplo.
Rin sonrió ampliamente ante la afirmación y siguió practicando bajo la atenta mirada de su hermano, cada segundo que pasaba se volvía peor. Sae sentía una desesperación y frustración creciente dentro de él, era una sensación que empezaba a sofocarlo, sabía que solo se aliviaría cuando pudiera jugar, pero mientras tendría que resignarse.
"Así no", "que tiro tan débil", "debe ser más rápido", "eso está mal" eran la clase de pensamientos que rondaban por la cabeza del mayor, tener que mirar todo eso era una tortura para él. Estaba llegando al borde, al límite de esa sensación tan desagradable, no le importaba nada más, lo único en su cabeza en ese momento era corregir los movimientos de su hermano.
—¡Oye Nii-chan! —llamó Rin con una sonrisa mientras se acercaba corriendo hacia Sae con el balón en sus manos— Mira esto que aprendí.
Sae miró con atención y curiosidad, aún haciendo todo lo posible por contener aquel sentimiento que lo estaba carcomiendo por dentro. Acto seguido, el menor colocó el balón en el suelo y lo pateó, ¿qué quería mostrar? Claramente un tiro que había aprendido, Sae logró identificar cuál era segundos más tardes, pues Rin lo había ejecutado mal.
—¿Lo hice bien? —cuestionó con altas espectativas luego de su demostración, durante todo ese rato Sae solo había asentido a cada cosa que le preguntaba, creía que estaba haciendo las cosas exelente, sin embargo...
La realidad era otra, su Nii-chan no se veía nada contento, pero por alguna razón, Rin sentía que no era por su causa.
—Pues no, no lo hiciste bien, Rin —habló el mayor con clara frustración en su voz. Sae miró aquel balón con determinación, el único pensamiento en su cabeza era el de corregir para aliviar aquella sensación. Rin lo miró, no tardó en caer en cuenta de que planeaba su hermano.
—Nii-chan, no-
Entonces Sae recordó la razón por la que no había podido hacer nada en primer lugar, lástima que era demasiado tarde para ello.
—No puedo creer que olvidaste que tenías una pierna lesionada —reprendió el padre mientras limpiaba las rodillas de su hijo con sumo cuidado.Sae no respondió, solo se quedó mirando otra dirección para después volver a limpiar las lágrimas restantes con su brazo. Rin estaba sentado a su lado, mirándolo con una expresión levemente afligida por lo ocurrido.
—Perdón, Nii-chan —habló el menor en voz baja y mirando al suelo con culpa, Sae lo volteó a ver intrigado—. Si yo hubiera jugado bien, tú no te habrías levantado para corregirme y no te hubieras lastimado de nuevo...
El mayor se paralizó un momento por aquella disculpa, de verdad no se la esperaba. Soltó un suspiro pesado y después colocó su mano en la cabeza de su hermano menor, acariciando un poco su cabello para transmitirle calma y seguridad.
—No te preocupes, Rin... —Empezó a hablar, también sintiendo algo de culpabilidad— Yo me levanté porque quise, no es tu culpa que se me haya olvidado que tengo una pierna rota.
Los ojos del pequeño Rin se iluminaron al sentir el tacto de su hermano mayor y al escuchar sus palabras. Levantó la cabeza para verlo, siendo recibido por una pequeña y cálida sonrisa.
—El idiota soy yo, no tú —aseguró él con aquella sonrisa. Un pequeño pellizco en su brazo por parte de su padre no se hizo esperar, lo que provocó la sorpresa de Rin y un quejido enojado de Sae— ¿Pero que...?
—Las palabras, Itoshi Sae —dijo el hombre con algo de seriedad— Ya le pegaste a Rin tu obsesión con el fútbol y la palabra "tibio", no necesitamos otro Sae.
El mencionado rodó los ojos y volvió a su semblante serio y malhumorado por su situación, tan pronto vio a Rin intentar copiar su gesto; alborotó todavía más su cabello, sacudiendo un poco su cabeza.
Continuará...
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¿Y si ya no pudieras jugar? - Itoshi brothers
Fanfiction-¿Qué harías? -No lo sé. -Exacto, sin fútbol no hay vida. -Creo que estás exagerando. -Claro que no. Y Sae confirmó en carne propia sus palabras cuando se lesionó la rodilla con una rotura de ligamentos cruzados. No podía creerlo. ~🌙🪐💫 Pequeño fa...