Capítulo 22: La calma antes de la tormenta

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Taehyung:

—¡Yoongi hyung ayúdame! —dije en un susurro cuando mi amigo respondió la llamada.

—Soy Hoseok idiota ¿por qué llamas a esta hora? ¡¿Te diste cuenta de que son las diez de la noche?! Mi gatito gruñón está durmiendo —se quejó y tuve que retener una carcajada.

—Que cursi eres Hobi —me burlé en voz baja para que Jungkook no me escuché.

—¡Voy a colgar!

—¡No, no, no espera, de verdad necesito ayuda! —exclamé de forma deseperada—. Kook quiere matarme, llegué de casa de papá y comenzó a gritarme porque dice que me restregué con otro omega, está fuera del cuarto con un sartén en la mano.

—¿Tae no estás un poco grande para estas cosas? —suspiró—, además Jungkook es inofensivo.

—Si claro —pronuncié con sarcasmo—. Su lobo está enojado, tenía los ojos azules ¡¿y sabes qué?! Me amenazó con enterrarme una tijera en la garganta si no le decía quién había sido la zorra con la que me acosté. Con esto del embarazo está cada vez más hormonal, de pronto comienza a llorar de la nada y dice que es mi culpa.

Escuché las fuertes carcajadas de Hoseok y un par de quejas de Yoongi.

—Resulve tu problema tu solito, adiós —colgó y casi aviento el teléfono al suelo.

—¡Taehyung abre la maldita puerta! ¡Dime con quién estabas!

—Conejito ya te dije que es el aroma de papá.

—Ven aquí en este instante Kim, no me quieres ver enfadado —abrí la puerta con cautela, viendo a Jungkook cruzado de brazos frente a mí.

—¿Ya estás más calmado? —tragué saliva cuando lo vi acercarse, y comencé a quejarme cuando me agarró de la oreja y me hizo caminar hacia la sala.

—¡Dime dónde estabas!

—Estaba en casa de papá, me regaló esto para la bebé —hablé mostrándole un par de zapaticos blancos tejidos.

—¡Oh, son hermosos, y ya te dije qué no le digas "la bebé", no sabes qué será!

—Si cariño, como digas —sabía que no debía hacerlo enojar más.

—Perdón por amenazar con enterrarte una tijera en la garganta —dijo con un puchero sentándose en mi regazo.

Sonreí acariciando su abultadito vientre de tres meses ya, el tiempo había pasado demasiado rápido, lo bueno era que ya las náuseas y mareos estaban disminuyendo, pero ahora el problema eran sus cambios bruscos de humor, casi siempre el que sale afectados soy yo.

—Está bien, sé que no lo dices enserio —le di un besito y el sonrió acariciando mi cabello.

—Es que mi omega se enoja porque no pasas mucho tiempo conmigo, con todo el problema de la muerte de la mamá de SungJae, los exámenes y el trabajo, has estado muy ocupado —murmuró como un niño mimado.

—Si molesta que pase tiempo con Jae  puedo dejar de hacerlo.

—No, eso sería muy egoísta de mi parte. Eres un gran apoyo para él, aún es muy reciente, y confío en ti.

—Eso es bueno, te amo, mucho mucho.

—Yo también —dió un pequeño bostezo—, vamos a dormir —se restregó uno de sus ojos de forma tierna.

—Vamos —me puse de pie, cargándolo como si fuera una princesa de las películas de Disney, dirigiendome hacia nuestro cuarto para descansar.

[...]

¡𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐚𝐥𝐟𝐚! || 𝐕𝐤𝐨𝐨𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora