Después del incidente en el restaurante, las cosas volvieron a la normalidad. Se acercaba rápidamente la final de la Supercopa española contra el Athletic Club. Nikola se estaba preparando como nunca antes. Cada entrenamiento era una oportunidad para perfeccionar su juego, especialmente sabiendo que Bruno estaría observando desde el banco de suplentes, ya que por cuestiones de reglamento no podía jugar la final.
Había pasado una semana y media desde la llegada de Bruno. En los entrenamientos, Nikola y él seguían siendo como perro y gato. Se enfrentaban constantemente en el campo, cada uno tratando de superar al otro. Bruno hacía todo lo posible por mostrar su habilidad y ganarse un lugar en el equipo, mientras que Nikola se esforzaba por demostrar que seguía siendo el mejor defensor del club.
En uno de esos días intensos de entrenamiento, Bruno sorprendió a Nikola con un movimiento rápido y audaz.
Nikola no podía entenderlo, pero Bruno parecía anticipar cada uno de sus movimientos. En un momento del entrenamiento, él logró derribarlo, pero Bruno se levantó rápidamente y continuó con el balón. Tenía la opción de hacer un pase perfecto a Camavinga, quien estaba en una posición excelente, pero en cambio decidió tomar el tiro él mismo y marcó el gol.
Aunque solo fuera un entrenamiento, esto molestó profundamente a Nikola. Sentir que un niño de 19 años había pasado por su defensa con tanta facilidad lo frustraba enormemente. Él había dedicado años a perfeccionar su técnica, a entrenar incansablemente para ser imbatible en la defensa, y ver a Bruno superarlo de esa manera le hacía cuestionar su propio juego y habilidades.
Nikola se levantó del suelo con un gesto ceñudo, mirando fijamente a Bruno mientras este celebraba su gol. Había una mezcla de admiración y molestia en sus pensamientos. Admiración por el talento innato del chico y molestia consigo mismo por permitir que lo sorprendiera de esa manera.
Después del entrenamiento, se sentía desafiado y decidido a demostrar que seguía siendo el mejor defensor del equipo, especialmente con la final de la Supercopa española tan cerca. Este incidente solo avivó su determinación para prepararse aún más y asegurarse de estar completamente listo para el partido crucial que se aproximaba.
Ese día, solicitó un permiso especial para quedarse a entrenar más allá del horario regular. Con una determinación renovada tras el encuentro con Bruno, se adentró en una sesión intensa y meticulosa para mejorar sus técnicas y tácticas defensivas.
Primero, pasó un tiempo revisando videos de sus propios juegos anteriores y analizando detalladamente los momentos en los que pudo haber mejorado. Identificó áreas específicas donde sentía que lo habían superado y se concentró en desarrollar estrategias para contrarrestar esos movimientos.
Luego, se centró en ejercicios físicos intensivos. Realizó repeticiones de barridos y despejes, perfeccionando la precisión y la rapidez de sus movimientos. Cada vez que cometía un error, lo repetía hasta que lo ejecutaba perfectamente.
Después, trabajó en situaciones de juego simuladas. Nikola estaba decidido a no permitir que ningún jugador, incluido Bruno, volviera a superarlo tan fácilmente.
Cada movimiento estaba calculado, cada respiración era medida. No había tiempo para el cansancio ni para la distracción. Nikola se desafió a sí mismo a ir más allá de sus límites físicos y mentales. El sudor empapaba su camiseta mientras continuaba trabajando en mejorar cada aspecto de su juego defensivo.
Nikola, ya exhausto, planeaba repetir la serie de entrenamientos que acababa de completar. Sus piernas temblaban y su respiración era tan agitada que sentía que no podía más. Fue entonces cuando lo escuchó.
-¿Estás bien? -preguntó preocupado un cierto moreno.
Nikola se dio vuelta con dificultad, aún con la respiración incontrolable y gotas de sudor recorriendo toda su cara. Miró a Bruno de arriba abajo, para ignorarlo, luego se giró nuevamente para seguir con sus entrenamientos.
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Molinos De Viento (BL)
Teen FictionNikola Pavlović, un joven croata de 21 años, es un prodigio del fútbol que desde pequeño mostró un talento extraordinario. A los 12 años jugaba en las categorías inferiores del Valencia y debutó a los 17 con el Real Madrid, donde rápidamente se conv...