Capítulo final: Los buenos se levantan

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No bastó mucho tiempo para que todo cayera en su lugar y que la vida de nuestros amantes tuviera un nuevo orden.

Si bien, a veces sentían que habían hecho las cosas mal respecto a la denuncia en contra de Open Global y la estafa piramidal que estaban encubriendo, las personas que se acercaban a ellos e incluso sus mismos compañeros de trabajo se encargaban de agradecerles por su valentía y transparencia.

Se habían convertido en los nuevos héroes sin capa y sin superpoderes de toda la oficina y, por fin, después de años de mentiras y engaños, la gente empezaba a recibir respuestas referentes a sus inversiones, esas que habían desaparecido con el paso de los años.

Como era de esperarse, Bustamante regresó de Colombia en compañía de la junta Directiva y se conoció por fin la verdad detrás de todo el caso que el mismo Joseph había hecho explotar para salvar a Lexy y al resto de los empleados de un desempleo seguro.

Claro estaba que pronto la empresa se declararía en la quiebra y muchos de sus trabajadores tirarían al cesto de la basura años de esfuerzo. Si bien la justicia no pudo detenerlo por falta de pruebas, fueron los mismos afectados los que comenzaron a prender la cosa y a quemar la reputación, no solo de Alfonso Bustamante, sino la de Open Global y unos cuantos estafadores que vestían de camisa y corbata.

Uno a uno fue cayendo entre las redes de la justicia y, poco a poco el caso empezó a verse con mayor claridad.

Joseph fue el primero en entregar sus declaraciones y narró para la policía de investigaciones todo lo que él creyó conveniente.

Había comenzado desde cero en la empresa y aquello le había permitido escuchar conversaciones que le habían obligado a callar y había visto documentos que le habían forzado a olvidar. Siempre había sabido que algo no estaba bien, sobre todo cuando había trabajado en el departamento de finanzas.

Los números no cuadraban y, lo que las ventas decían, tampoco.

Fue allí cuando quiso trabajar con los vendedores y les expuso su verdad a los policías, esos que lo escuchaban e interrogaban sorprendidos.

No había querido trabajar en ventas porque le atrajeran los números o porque le gustara motivar personas, no, él había querido trabajar en ventas porque sabía que existía una mentira detrás de esos elevados ingresos que a él siempre lo habían hecho sospechar.

Pero su investigación llegó a su fin cuando Anne Fave, la asesora de la empresa llegó y lo obligó a olvidar todo aquello que había visto, escuchado y analizado. Lo amenazaron con perder toda la escala laboral que había hecho durante esos años y a tirar por la borda el esfuerzo, el tiempo y el dinero invertido en sus estudios y contantes viajes de negocios.

Se enfocó entonces en su trabajo y se orientó en hacerlo bien. Intentó mantenerse alejado de los problemas y usó como motivación personal llegar más lejos, tal vez comenzar su propia empresa, fue entonces cuando Lexy llegó y todo tuvo otro sentido en su vida.

—Y si su novia trabajaba con usted, ¿por qué renunció? —insistió un policía, mirándolo con suspicacia—. Los amoríos de oficina son tan picantes... ¿Acaso las cosas no estaban bien? Escuchamos por ahí que ella prefirió a la empresa antes que a usted —molestó y Joseph asintió.

No tenía miedo de decir la verdad porque no tenían nada que ocultar.

—Sí, ella prefirió quedarse en la empresa.

—¿Cree que está involucrada? —importunó.

Joseph se rio.

—Lexy no sabía nada de esto —defendió—. Lexy nunca vio nada ajeno a su trabajo... Bustamante y Fave fueron muy cuidadosos con la información que le brindaron. Le decían lo justo y necesario, lo que ellos querían que supiera.

Siempre míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora