Hola, me llamo Evelyn Miller pero todos mis amigos me llaman Eve. Tengo 16 años, los ojos marrones y el pelo rosa, sí rosa, soy delgada pero no una modelo y mi vida.. bueno mi vida va de mal en peor.
-¡Señorita Miller! llevo llamándote una hora necesito que vallas a mi despacho ahora mismo, tenemos que hablar.
-Lo siento directora, ahora mismo voy.
Mi directora era de esas que imponen y mucho, la verdad es que nunca la había visto reir. De camino al despacho de mi querida directora me preguntaba que me diría pues no soy de sacar dieces y nueves pero cumplo las normas y nunca me meto en problemas.
Al llegar a su despacho llamé a la puerta y entré ,ella aun no había llegado pero lo hizo unos segundos después.
-Evelyn sientese por favor.
-¿Para que me ha llamado señora williams? - dije acomodandome en una silla azul bastante pequeña.
-Veamos señorita Miller, hace 14
años que se encuentra en un centro de acogida ¿no es así?
-Sí.- Dije algo confundida. Se me había olvidado decir que mis padres y mi único hermano murieron en un accidente de coche cuando yo tenía solo tres años, desde entonces estoy en un centro de acogida.
-Pues bien señorita Evelyn me han encargado comunicarte que tendrás una nueva familia.
-¿Una nueva familia?
-Sí, y te irás hoy mismo.
-¿Qué? ¿Cómo?
- Cogerás un avión a San Francisco a las 6 de la tarde , vamos a lamentar mucho tu pérdida. Espero que te valla fenomal.
-Gracias señora williams- Dije mientras una lágrima se escapaba de mis ojos.
Salí de allí algo confusa, la verdad es que nunca había sido muy extrovertida por lo que solo tenía una amiga que realmente me importaba y por desgracia esta estaba de viaje ya que su padre siempre tiene vacaciones dos semanas antes de que acaben la clases y claro pues tienen que aprovecharlas. Faltaban unos minutos para que sonara el timbre pero salí de allí sin problemas, quería recoger mis cosas lo antes posible y rehacer mi vida pues nada podía hacer, a mi me habría gustado tener una vida normal pero nunca la he tenido y parecía que estaba un poco mas cerca de conseguirlo aunque la verdad tenía algo de miedo pues nunca había salido de Boston.
Antes de llegar a la que había sido mi casa durante 14 años decidí pararme a mandarle un mensaje a mi amiga Kate pues aunque estaba de viaje y en este momento estaría en el avión sabía que lo vería en algún que otro momento, pensé durante algunos minutos hasta que escribí:
Hola Kate, bueno decirte que gracias por todo que nunca te voy a olvidar y que espero que nos veamos pronto. Esta mañana me han dicho que debo viajar a San Francisco pues como ya sabes llevaban tiempo buscandome una familia y parece que la han encontrado un beso muy grande. Luego te llamo.
Eve.
Después de escribir esto ya no era una sino varias las lágrimas que salían de mis ojos, no podía hacerme a la idea de no ver a kate , ella era la única que había estado siempre a mi lado y ahora la perdería. Yo ya sabía que todo esto iba a pasar pero no esperaba que fuera tan derrepente.
Pensando miles de cosas y con el rostro cubierto de lágrimas llegué al centro de acogida donde llevaba viviendo muchos años , al llegar me encontré con la maleta hecha encima de la cama, la cogí y fui a hablar con Emma la chica que se encargaba de este lugar.
