⚘ᑕհαρƭєɾ : 1

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Una vez que abrió los ojos, sintió el sol darle contra la cara.

──Qué demonios.

Se movió entre las sábanas, ya había empezado su vida número ciento noventa y uno, se sentó y se llevó una mano a la cabeza. Luego se estiró y bostezó mientras miraba a su alrededor.

──¿Eso es oro?

Lo que vió lo dejó confundido, era cómo si el ligero grabado de árbol en la pared fuera oro.

──Nah, tal vez la pintura solo tiene ese tono.

Pero no estaba dispuesto a creer que fuera oro.

Escuchó que algo se caía al suelo y giró su rostro, una chica joven, probablemente de dieciséis años, vestida como si fuera una sirvienta estaba parada en la puerta sorprendida, recientemente dejó caer un plato con agua y pañuelo.

──Disculpa, ¿Qu-

──¡El maestro Gabriel se despertó!

──¿Ese es-

──¡Nana, nana!, ¡El maestro Gabriel se despertó!

──Oy-

──¡Oh Dios mío!, ¿De verdad?, ¡Rápido!, ¡Llamen al doctor y nana!

──Qu-

Mientras todos corrían buscando a quien sea que fuera "nana" y a un doctor, nuestro prota solo podía mostrarse confundido y enojado por no solo sus interrupciones, sino también porque lo ignoraron.

¡Hay alguien con un feo dolor de cabeza aquí!

──¡Maestro Gabriel!

Una mujer, probablemente una anciana entró, parecía sorprendida, pero antes de siquiera decir algo, la mujer lo revisó.

¿Es esto lo que llaman acoso?

Luego entró un doctor.

Ni siquiera tuvo tiempo de entender la situación, bastardos, expliquense.

──Su condición mejoró bastante, solo necesita descansar unos días.

¿Por qué?

──Uh... Disculpen, ¿Qué pasó?

──Oh, ¿No lo recuerda Maestro Gabriel?, su carruaje cayó por un acantilado durante la lluvia mientras regresaba del orfanato.

──¿El orfanato?

──Sí, ¿No recuerda?, dijo que quería un sucesor.

──Uh... ¿Adopté a alguien?

──No, ¿Sucede algo?, ¿Por qué no recuerda eso?

──Jaja... Solo no recuerdo nada de ese día.

No recordaba nada de nada.

──¿Podrían traerme algo?, me duele la cabeza.

──Sí, de acuerdo.

──Bien, salgan todos, estoy bien, ¿No es así?, necesito descansar.

──Sí, con su permiso.

Todos salieron y, ahora, Gabriel miró hacía la ventana.

──Maldito sistema bastardo, ¿Y los recuerdos?

[ (⁠•⁠ ⁠▽⁠ ⁠•⁠;⁠) ]

──Apúrate.

[ ✧⁠◝⁠(⁠⁰⁠▿⁠⁰⁠)⁠◜⁠✧ ]

Después de ese mensaje, una ola de recuerdos lo invadieron durante todo un rato.

──Ugh, este tipo estaba apunto de suicidarse.

Gabriel se levantó y se estiró, luego se inclinó a un lado, aún estirándose y sintió un repentino dolor de estómago.

──Una horrible condición física acompañada de una salud de mierda, sistema....

[ ←⁠_⁠← ]

El sonido de dos suaves golpes en la puerta le llamó la atención y rápidamente se sentó.

──Pase.

La puerta se abrió y la joven sirvienta que vió al despertar llegó.

──Aquí, traje medicinas.

──Oye, tu nombre... Era Dayanna, ¿No?

──¿D-Disculpe?

──¿Me equivoqué?

──Oh, no... Mi nombre sí es Dayanna.

──¿Entonces...?

──Usted no suele recordar mi nombre...

──Ah... Bien, puedes irte, dile a Nana que vaya a mi oficina después de las cuatro.

──Sí señor.

Cuando Dayanna se fué, Gabriel observó con asco las pastillas, tomó un pastilla y luego bebió el agua, quiso vomitar pero soportó, era eso o el dolor de cabeza.

Se estiró y se levantó, de nuevo.

──Tsk, tsk.

Los pasatiempos del marqués.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora