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11Chapter 2: El mundo de Yuri y Jimmy
La cantidad de veces que se detenía a pensar en lo que estaba sucediendo en su vida hoy en día era demasiado exagerado para un ser humano normal, y bueno, el estaba lejos de ser normal. Aun conservaba aquellos momentos donde sentía aquellas ganas de lastimarse así mismo, aun miraba el balcón del departamento como aquella vez cuando era pequeño.

Aun...

-Papá- llamo una voz suave e infantil fue suficiente para que Jjimmy saliera de sus pensamientos.

-Si, ¿que ocurre?- interrogo ala pequeña de 5 años que le observaba fijamente, con aquellos orbes de tonalidad rosada, idénticos a los de su pareja.

La pequeña azabache de ojos rosados tan solo lo miro por unos cuantos segundos después lo sonrió suavemente.

-Nada, es solo que ya llegamos- dijo señalando la entrada del jardín de infantes, el mayor tan solo asintió y antes de soltar la mano de su pequeña se limito a acomodar lo mejor que puedo el gorro que llevaba puesto la pequeña.

-Ten un buen día, come tu bento y asegúrate de obedecer a tu maestra- pidió a su hija esta vez regalandole una cálida sonrisa, la cual esta correspondió de igual manera después posiciono sus pequeñas manos en el abultado vientre de su papá.

-Nos vemos más tarde, cuiden a papá por mi~- dicho esto la pequeña azabache le regalo un beso en el vientre y con esa misma sonrisa de antes se alejo del contrario siendo recibida por su profesora quien saludo al padre de la niña a la distancia después se adentraron al recinto. El azabache se quedo de pie ahí al menos hasta que se sintió algo adolorido de la espalda, eso fue suficiente para que se volviera hacia el auto.

Donde el chófer le esperaba.

-¿Se siente bien, Ayato-san?- pregunto el chófer del azabache, un hombre ya bastante mayor de anteojos y una agradable personalidad.

-Si no se preocupe, Makoto-san- respondió Tooru adentrándose con cuidado al automóvil una vez dentro dejo salir un largo suspiro cansado cerró los ojos un par de segundos y estos fueron suficientes para que se quedará completamente dormido, al menos hasta que llegaron a su destino.

Entre sus sueños escucho una voz llamándolo y correspondió a esta dado que la reconocía claramente.

-Ya llegamos, Tooru-sama- aviso el hombre mayor esta vez ayudando al azabache a salir del automóvil así como también lo ayudo adentrarse a paso tranquilo a su residencia. -por favor, llámeme si necesita ir algún lado estoy a su servicio-

El azabache asintió y en voz baja agradeció la ayuda del hombre mayor en llevarlo hasta el interior de su hogar, una hermosa casa de estilo japones por fuera pero por dentro era lo contrario, contaba con un jardín en la entrada y uno en la parte trasera, varias habitaciones, un ama de llaves y por supuesto, un chófer contratado por su pareja para transportarlo a cualquier lugar que este quisiera además de que estuviera pendiente de él.

Y de su embarazo de ya 8 meses.

-Bienvenido, Tooru-sama- recibió la ama de llaves de la casa, una mujer de cabello castaño, ojos miel y edad avanzada como lo era Makoto. -¿como se siente?- pregunto mientras lo ayudaba a retirarse los zapatos y dejarlos en la entrada.

-Un poco cansado, pero todo esta bien no han estado tan inquietos como otros días- respondió el chico de ojos verde ahora limitándose a caminar hacia su habitación situada ahora en la planta baja por indicaciones de su doctor de cabecera.

-Se cansan también, usualmente están más inquietos cuando su padre llega, ¿no cree?- la mujer pudo notar el brillo en los ojos del más alto luego de hacer mención del padre de sus hijos, su esposo.