Capitulo I : La calma

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Michigan 1993 el mundo estaba en una nueva década, nuevas modas, música, el avance de la tecnología entre otras maravillosas cosas que pasan. Andrea Duncan una chica de 18 años se muda con sus padres a la casa que un día fué de sus abuelos maternos. Sus abuelos Jeremy y Deana. La abuela murió en el año 1987 a la edad de 79 años y el abuelo aun sigue con vida pero está en un asilo ya que ah tenido varios problemas ya dados a su edad.

Como la locura lo cual fue un gran factor para que sea internado, ademas sus hijos no pueden cuidarlo. Él tiene 82 años y aún recibe visitas de su hija Margareth madre de Andrea. En una tarde lluviosa la familia se dirige en auto  para llevar todas sus pertenencias al cual será su nuevo hogar. Pero ahora nada será coincidencia.

—¿Mamá porqué tenemos que mudarnos a la casa de los abuelos?— Preguntaba Andrea con algo de pereza en su tono

—Ya te lo había dicho hija, nuestra casa estaba pasando por muchos problemas, goteras y daños en la pared y desafortunadamente no contábamos con el dinero para arreglarla—Respondió su madre mientras la miraba por el espejo del auto

—Si mamá pero yo te dije que el papá de Jimmy mi amigo podría arreglarla a un buen precio —Contestó Andrea queriendo tratar de convencer a su madre

—¿El papá de Jimmy? Ese vago duraría tres años en arreglar nuestra casa además, daría más miedo que se caiga del techo por estar tomando cerveza—Dijo Margareth con tono burlesco

—Hija se que no te agrada la idea de cambiarnos pero no había opción, nuestra casa no daba para más y lo bueno es que tus abuelos nos heredaron su casa—Dijo Walter el padre de Andrea para animarla

—La casa de los abuelos asusta, siempre que íbamos de paseo donde ellos me parecía muy extraña, casi no hay casas cerca a la de ellos y nunca nos dejaban bajar al sótano—Dijo Andrea en un tono pensativo

—Era su casa amor, ellos tenían el derecho de hacer lo que quieran con ella—Respondió su padre

—Si pero, el abuelo siempre parecía tan misterioso ya que era un sacerdote retirado, siempre leyendo sus pasajes bíblicos de manera diferente y la abuela que mantenía la puerta del sótano con candado—Dijo Andrea mientras recordaba todo

—No pienses esas cosas de tus abuelos Andrea, ellos solamente eran un par de ancianos queriendo tratar de disfrutar sus vidas, ahora nosotros tratemos de disfrutar la nuestra—Dijo Margareth algo molesta

—Esta lluvia parece no parar, casi no veo nada—Dijo Walter  con incomodidad

—Ten cuidado cariño, ve más despacio, no te preocupes de por sí llegaremos pronto —Dijo su esposa para calmarlo.

...

Después de un viaje cansado la familia logra llegar a su nueva casa, rápidamente bajan todas las cajas del auto y las llevan a la casa para no mojarse, luego de un rato ya están todos listos y alojados en su nuevo hogar, los tres están juntos en la sala viendo de abajo hacia arriba para ver en el estado en el que se encuentra dicha casa. Los tres comienzan a revisar toda la casa para asegurarse que todo esté en orden.

Es una casa pequeña de dos pisos y dos cuartos. Walter verifica que las luces y el sistema de agua sirva correctamente mientras Andrea y su madre revisan los cuartos y el baño para ver en qué estado se encuentran. Andrea al pasar por el pasillo donde iba estar su cuarto se tiene para ver si lo que ve le gusta. Una cama individual, un armario y un espejo largo pegado a la pared.

Ella decide sentarse en la cama y comienza a saltar para probar que tan acogedora es... Le gusta la comodidad de la cama, después con pasos lentos y rechinados gracias a la madera vieja del piso abre el armario, el cual si estaba muy sucio y con telarañas, dado a su poco uso, con una mirada de asco decide cerrarlo rápidamente, cuando se voltea y mira el espejo ve un reflejo de algo negro de ojos blancos que está subido encima del ropero como si fuera un gran animal negro.

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⏰ Última actualización: Jun 20 ⏰

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