Acercándose el peligro viene ya

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-Doscientos metros y bajando. Cambio. -dijo mientras qué repetía la monótona acción de hace horas solo cambiando el número.

-Vas bien Zakhad ¿esta aguantando? Cambio.

-No veo ningúna grieta y aun no siento qué el pecho me va a reventar. Bromas a parte presión normal. Cambio. -contesto algo mas animado Zakhad de qué su compañero Demíer hubiera acabado de orinar.

Aparte de lidiar con la presión estaba también lidiando con el frío de las aguas antárticas. Aunque no era tanto problema con el calor qué emanaba el traje de buzo de por si. Problemas para cuando lo usen en aguas mas cálidas.

-Eso es bueno sigue sumergiendo te a unos cinco metros por minuto. ¿Aun no vez al Kraken? Si lo vez avísame. Cambio

-Ja claro mi camarada Demíer -dijo con cierta gracia-. También si veo al Leviathan te avisare. Cambio.

Ambos hablaron con animosidad. Mientras qué intentaban no tomar su misión de pruebas demasiado seriamente.

Demíer intentaba qué Zakhad no pensara demasiado qué estaba a mas de doscientos metros y bajando en un traje de buzo experimental en aguas a -30°C en la Antártida.

Ambos eran cabos menores pertenecientes a la federación ZaRrás y estaban probando una nueva invención de los ingenieros del partido. Algo que ni siquiera ellos sabían muy bien qué utilidad tendría aún con un éxito mayor al visto con pruebas en señuelos mecánicos.

Estas pruebas eran mas o menos sutiles, a pocos cientos de kilómetros dé una de las bases articas de la federación. Con un submarino Ariete cercano qué mas que nada era una escolta y teniendo un grupo de rescatistas en caso de accidentes imprevistos, aunque mas que nada eran rescatistas de cuerpos para darle uno digna sepultura a Zakhad. A pesar de la enorme cantidad de recursos humanos casi comparable a los del imperio de eurasia Yhjitril, qué poseía la federación tampoco eran tan inhumanos como los fascistas de Ariamérica los pintaban en su propaganda, propaganda qué los espías zarrasianos veían en ariamérica. Aunque realmente esta era casi igual a la qué veían ellos en sus propias tierras o los espías ariamericanenses en ZaRrás.

Sea como fuere igualmente ambos tenían una labor que cumplir. Mientras qué intentaban matar el tiempo hablando entre ellos por la conexión de red-linea, pasaron aburridas horas dónde máximo Damíer veía estrellas de mar o formaciones de pequeños y apagados corales en las orillas del permafrost del antártida. Ni monstruos mitológicos marinos o algún cadáver de un humano gigante, una nave espacial, nada de nada. O eso creían.

-¿Oye Damíer pregunta qué animales grandes pueden vivir a mas de mil metros en aguas congeladas? Cambio. -pregunto un poco extrañado Zakhad al ver una firma de vida considerable de unos 5 metros de tamaño en su visor de detención de vida.

Esto era algo raro ya qué aunque Zakhad sabía que algunos peces, pulpos o cosas como cachalotes podían llegar a esas profundidades, pero no estaba seguro de la fauna marina de la antártida. No conocía ninguna creatura viva de apenas el doblé o triple de un humano qué pudiera vivir bajo esa presión sin mecanismos que permitieran la vida a esas monstruosas presiones. Tardo unos segundos en recibir respuesta de un Damíer qué estaba igualmente confundido por la firma de vida, cómo qué esta parecía estar totalmente quieta, no era ningún tipo de plankton, conjunto de bacterias, coral o algo parecido. Era demasiado central y más extraño para ambos, está firma parecía emitir calor, pero mas de qué debería considerando las temperaturas ambientales. Las bromas fueron dejadas de lado y por primera vez en horas ambos estaban serios, como deberían.

¿En serio? Un... una XenomoformoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora